2017, penúltima jornada de liga. El Huesca y el Valladolid llegan parejos en la tabla de la segunda categoría del campeonato nacional a falta de un partido. Quien quedase primero en la clasificación, tendría la posibilidad de disputar el ascenso a primera. Así que el club oscense, según las investigaciones judiciales, tomó la decisión de abonar una prima por ganar al rival del Valladolid, que en esa jornada era el Reus. El equipo catalán ganó 0-2, con lo que habría conseguido el objetivo, además de un dinero que todos los investigados niegan.
Sin embargo, esta operación ha desatado una batalla legal seis años después en el seno de la llamada operación Oikos, unas pesquisas que arrancaron en 2018 con el presunto amaño de partidos, que se sustentaron con las escuchas que un juzgado de Málaga autorizó al exjugador profesional Carlos Aranda y que ahora tratan de dilucidar si el Huesca ocultó la financiación de estas primas con facturas falsas a la constructora que realizaba la reforma de su estadio.
Varios son los informes de la Policía Nacional que mantienen la tesis de que la cúpula del Huesca, con su presidente Agustín Lasaosa a la cabeza, pactaron el pago de primas por ganar al Reus en su partido frente al Valladolid. Los investigados lo han negado en todo momento pero los informes policiales mantienen que directivos del club se sirvieron de varios jugadores y prestamistas para conseguir la liquidez necesaria para hacer los pagos. Y para devolver ese dinero a los aportantes sin levantar sospechas, emplearon presuntamente empresas ligadas al club o proveedores habituales, que luego habrían recuperado los fondos por medio de facturas infladas o directamente ficticias.
Con esta tesis, La Liga encargó un peritaje a un arquitecto sobre las facturas pagadas por el Huesca a la constructora que realizaba la reforma de su estadio, el Alcoraz. Las conclusiones del perito son sencillas: a su juicio, hay un sobreprecio en las facturas de 50.813 euros en cuatro puntos distintos, con sobrecostes que multiplicaban casi por 10 algunas partidas y gastos que el perito califica de “innecesarios” y “absurdos”.
Este dictamen ha desatado una guerra abierta dentro del procedimiento. Por un lado, pese a que los investigados niegan haber realizado los pagos, han recordado en tromba al juzgado la sentencia firmada el pasado 13 de enero de 2023 en la que el alto tribunal consideraba que el pago de primas a terceros “por ganar” no era constitutivo de un delito penal, ya que no busca modificar el resultado natural de la libre competencia en la competición. La sentencia refleja incluso esta decisión para los pagos ocultos o enmascarados por los clubes, como sería este caso. Sin embargo, la reglamentación del campeonato ligero sí que prohíbe de forma explícita esos pagos.
En consonancia con esta postura, los abogados de La Liga han dado una vuelta de tuerca más al argumento, y han reclamado al juzgado de Instrucción número 5 de Huesca, encargado del caso, que investigue a los participantes en estos supuestos pagos por un presunto delito de corrupción entre particulares. ¿En qué se fundamentan? En que el pago de primas sin conocimiento de los accionistas y ocultadas a las distintas instituciones del club habría generado un quebranto a las arcas del Huesca de más de 350.000 euros. La respuesta de los abogados del presidente del Huesca es que como primer argumento, tendrán que ser los accionistas quienes denuncien si se sienten lesionados, y no La Liga. Cabe recordar que una de las principales pruebas que apuntalan estos presuntos pagos aparecen en un manuscrito localizado en los registros donde se enumeran tanto las cantidades como los presuntos benefactores y beneficiados por estas operaciones.
La defensa del presidente del club también trata de anular los registros por defecto de forma, mantiene que el presidente solo aceptaba los pagos después de que el director de obra confirmase los trabajos y ha solicitado al juzgado un careo entre el perito que firma el informe y el director de obras del club.