El Día del Orgullo LGTBI ha entrado de lleno en la campaña para las elecciones generales del 23 de julio y todos los candidatos se han posicionado ante una fecha reivindicativa para no retroceder en derechos y hacer visible la diversidad sexual. La bandera arcoíris, el símbolo del colectivo, ha inundado todo el país con más presencia que nunca como forma de protesta por la decisión de algunos gobiernos de PP y Vox de no colocar o retirar la enseña de las fachadas de Parlamentos autonómicos, ayuntamientos e instituciones públicas.
"Ellos la quitan y nosotros la ponemos", ha sido el lema que ha desplegado el Gobierno y las fuerzas de izquierda para responder a esa acción y marcar diferencias con el bloque de la derecha cuando se están en juego los votos. "La España de la alegría frente a la del odio, la España plural e inclusiva frente a los que quieren sembrar la crispación", proclamó el ministro Félix Bolaños desplegando una bandera LGTBI gigante en el Palacio de La Moncloa.
Una imagen simbólica que se ha repetido en instituciones gobernadas por el PSOE como el Ayuntamiento de Barcelona con su alcalde Jaume Collboni al frente. En el de Madrid, no ondea la bandera LGTBI desde que José Luis Martínez-Almeida es alcalde aunque su fachada sí se ilumina con sus colores. Ayuntamientos como el de Toledo, Valladolid o Ciudad Real, donde han llegado a acuerdos PP y Vox, se han quedado sin la enseña arcoíris.
Aún así, la dirección nacional del PP con Alberto Núñez Feijóo al frente mostró su apoyo inequívoco al colectivo y su compromiso con la diversidad. Vox es el único partido que claramente se ha desmarcado de los actos, Santiago Abascal presumió sin complejos de no celebrar el Día del Orgullo porque es "heterosexual".
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que el martes acudió a su entrevista en El Hormiguero exhibiendo una pulsera con los colores arcoíris, enarboló la bandera de la diversidad como una seña de identidad del PSOE. Animó a todos los militantes socialistas a participar activamente en los actos del Orgullo para que fuese muy visible que el partido está "orgulloso de la diversidad de nuestro país". Varios ministros acudirán a la manifestación de este sábado en Madrid.
A partir de ahí, el candidato socialista denunció que la retirada de las banderas LGTBI de las fachadas de las instituciones manda un mensaje "muy peligroso" de que esas zonas "ya no son seguras" para esas personas. Sánchez insiste en su idea de que se está produciendo un retroceso de 20 años en la conversación pública de los españoles y cargó contra la derecha y la ultraderecha: "Ahora, por desgracia, Feijóo y Abascal, el PP y Vox, están metiendo sus prejuicios dentro de las instituciones".
Un asunto que al presidente le sirve para confrontar con el PP y contraponer la posición militante de su partido que quiere "sacar a la calle el orgullo, el Orgullo LGTBI" con las posturas conservadoras. "No vamos a dar ni un paso atrás en todo lo que representan los derechos de los ciudadanos", alertó este miércoles.
Desde el primer momento el PP intentó mostrar que su compromiso con la diversidad es firme. El logo de su partido se iluminó con los colores del arcoíris en la sede nacional de Génova, se emitió un manifiesto y Alberto Núñez Feijóo escribió un tuit en su cuenta. En el documento hecho público se reitera el "compromiso" con todo el colectivo LGTBI de un partido que "nunca dejará de defender la libertad y la dignidad del ser humano, el derecho de todos a vivir como deseemos".
Reafirman la necesidad de políticas que hagan frente a la lgtbifobia, que permitan que todas las personas vivan con plenitud de derechos y amen en plena libertad. El PP subraya que el hecho de que España sea una de las naciones más igualitarias y justas del mundo es gracias a hombres y mujeres libres y "a políticos de toda ideología y sensibilidad".
"Celebramos el reconocimiento a la diversidad y a que cada uno decida quién quiere que le acompañe en su vida", señaló Feijóo que destaca que libertad es poder elegir. Unos pronunciamientos que coinciden con lo que está pasando en varios ayuntamientos de España donde el PP y Vox han prescindido de la bandera en sus primeras decisiones en el poder. Medidas que han provocado el enfado y la crítica de los colectivos LGTBI que consideran que la enseña es su símbolo y retirarla implica un retroceso en sus derechos.
El único que ha marcado distancias con el Día del Orgullo ha sido Vox, fiel a sus postulados. Los recién elegidos presidentes de parlamentos autonómicos de ese partido -con el visto bueno del PP- en Baleares, Aragón y Valencia niegan abiertamente los derechos de las personas LGTBI.
Santiago Abascal admitió que él no celebra la fiesta del Orgullo porque es "heterosexual" y por tanto no se siente concernido. "Hay muchos homosexuales que no celebran este día. Que no reducen su personalidad y su ser a su a su querencia sexual", justificó en una entrevista en RTVE. Defiende que la conmemoración está impulsada por los intereses de determinados lobbys de género y por muchos políticos y se erige en el representante de los homosexuales que votan a Vox y no creen que tengan que tener "un día especial de celebración".
La vicepresidenta del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, que acudirá a la manifestación del Orgullo del fin de semana en la capital -Sumar participará con su propia carroza- afirma que las banderas LGTBI son un "símbolo de libertad" y denuncia que retirarlas es "restringir las libertades y hacerlo en una sociedad democrática es un enorme retroceso".