Los pactos entre el PP y Vox tras las elecciones autonómicas del 28 de mayo están aupando a puestos de responsabilidad a personas cuyos nombramientos han generado debate por posturas políticas extremas. Antiabortistas; ultracatólicos; toreros; negacionistas de la violencia de género o del cambio climático están tocando poder de la mano de Vox, gracias a los pactos con el PP. El primer ejemplo polémico fue el del candidato del partido de Abascal a la Presidencia de la Comunidad Valenciana, Carlos Flores Juberías, condenado en 2002 a un año de prisión por violencia de género.
El acuerdo final para el Gobierno valenciano pasó por excluirle de la Generalitat Valenciana. Pero el veto acabó con él como número uno de la lista de Vox al Congreso en las elecciones generales del 23J. Pero Flores Juberías no ha sido el único candidato generador de polémicas. Otros, nombres, que sí han conseguido cargos de responsabilidad también han generado debate por el extremismo de determinadas ideas.
Es el caso de Llanos Massó, que ya ha sido elegida presidenta de las Cortes Valencianas, antiabortista, procedente de Hazte Oír. Sin salir de esa comunidad, encontramos a Vicente Barrera, un torero -y abogado- que estará al frente de una vicepresidencia y que tendrá en sus manos la Consellería de Cultura. Otro ejemplo es el del nuevo presidente del Parlamento Balear, Gabriel Le Senne, ultracatólico, liberal y negacionista del Cambio Climático. En Aragón, el Parlamento lo presidirá Marta Fernández, que antes de asumir el cargo, borró miles de tuits donde decía cosas como que Irene Montero "solo sabe arrodillarse para medrar".
En el caso de los presidentes de las Cortes, su poder consiste en dirigir la Mesa, que es la que ordena los trámites parlamentarios y pueden retrasar o acelerar debates hasta el punto de dejar determinadas propuestas durmiendo el sueño de los justos. En el caso de los consellers, está claro que tienen iniciativa de Gobierno, y si además es una vicepresidencia, como en el caso de Barrera, tendrá mucho peso político en un Gobierno que ha empezado negando la violencia de género.
Tras cortarse la coleta en 2011, el también abogado Vicente Barrera se empezó a acercar al mundo de la política. Se dejó ver en algún acto del expresidente valenciano procesado por Gürtel, Francisco Camps; se acercó UPyD, y en 2018, cuando descubrió Vox, vio que era su lugar. "Amante del campo, de la tradición y del mundo rural" es la descripción que Vox hizo de él tras el acuerdo de Gobierno con el PP en el que pasó de convertirse en número 7 de la lista del 28M a vicepresidente de la Generalitat.
A sus ojos, Vox era el partido que este país necesitaba y parece que Vox ha encontrado en él a alguien a quien necesitaba, al menos a juzgar por su ascensión en las filas de la formación, hasta convertirlo en el hombre del partido con más peso político en la Generalitat Valenciana.
Como parte del equipo de negociación de Vox para el Govern valenciano, sus ideas -más allá de la defensa de lo taurino- quedan reflejadas en el acuerdo que más caro le puede salir a Feijóo de aquí al 23J. Ese acuerdo, que elimina el término violencia de género para hablar de la "intrafamiliar", pasa también por la derogación de las normas de memoria democrática o la expansión de los regadíos.
Massó es presidenta de Vox en Castellón, y tiene un momento en su haber que ha quedado para el recuerdo: intervino en una sesión del Parlamento Valenciano con varias imágenes de penes para demostrar el adoctrinamiento sexual en las aulas. Mientras exhibía las imágenes, Massó preguntaba al Govern si creía que era adecuado que los niños vieran en los colegios fotos de penes de hombres adultos.
Proveniente de la plataforma Hazte Oir, Llanos Massó formó parte de la comisión antiabortista. En sus intervenciones parlamentarias -como portavoz adjunta de Vox en Les Corts, ha criticado que se presente el aborto “como un método anticonceptivo más”; ha criticado las subvenciones a "infinidad de organizaciones que viven de la violencia de género” y se niega a poner el foco en la violencia sobre las mujeres. Ella prefiere defender la erradicación de "todo tipo de violencia", negando la emergencia feminista.
Defensora a ultranza del castellano, apuesta por vaciar de competencias la "Acadèmia Valenciana de la Llengua" hasta poder eliminarla y ha cargado contra la radiotelevisión autonómica, À Punt, que considera una herramienta política ""en manos de la izquierda pancatalanista”.
El catolicismo de Gabriel Le Senne lo es a ultranza, y eso queda claro en sus tuits, donde ha dejado furos mensajes contra el feminismo, el aborto o las políticas que se ocupan del colectivo LGTBI.
"Las mujeres son más beligerantes porque carecen de pene", decía en uno de los tuits de su cuenta donde también lleva por bandera su negacionismo del cambio climático.
A la comunidad científica que habla de la situación del planeta, los llama "agoreros del clima" que profetizan con "catástrofes tremebundas" que "nunca llegan.
Marta Fernández borró sus tuits de la cuenta 'Martrynahappy' horas antes de que se hiciera oficial su nombramiento como presidenta de la Cortes de Aragón. Las feministas, los miembros del Gobierno -sobre todo Pedro Sánchez e Irene Montero- el cambio climático, las vacunas y mascarillas o los inmigrantes eran blancos de sus mensajes.
Porque aunque los borró, hubo quien fue más rápido que ella y los guardó para que se conocieran. Es el caso del tuitero mmadrigal.
Barrera, Le Senne, Massó o Fernández, son cuatro de las caras más polémicas que han entrado en la primera línea de la política autonómica, a menos de un mes de unas generales que Alberto Núñez Feijóo espera a ganar, aunque sabe que probablemente solo podrá gobernar si es con Vox, el partido que ha recogido puesto en la agenda esa ideología.