Historias de Cuelgamuros | La espera de Mercedes: "Vi como se llevaban a mi padre, tenía tres años y sigo sin poder recuperarlo"
Rafael Abril era el jefe de estación de Clares de Ribota, cerca de Calatayud, y es una de las 128 víctimas que los forenses esperan identificar
Mercedes tiene 90 años vio cómo se llevaban a su padre cuando solo tenía tres años, tras más de dos décadas buscando, tiene miedo de "nuevos imprevistos"
"El abuelo, pronto a casa", el grupo de 'Whatsapp' de la familia Gil, a la espera de la exhumación
Mercedes Abril responde al teléfono con voz temblorosa. "Me encuentro mal y tengo miedo", dice desde Valladolid el día en que la exhumación de su padre está un poco más cerca, tras la entrada de los forenses a Cuelgamuros. A los 90 años, su temor es que haya un nuevo "contratiempo", que vuelva a retrasar la recuperación por la que lleva luchando desde antes de que empezara el Siglo XXI; "Me lo quitaron a los tres años, tuve que vivir toda la vida sin él y no entiendo por qué es tan difícil recuperar sus cenizas", relata desde Valladolid con la voz rota.
Rafael, el padre de Mercedes es una de las 128 víctimas cuyos cuerpos se buscan en las criptas del valle. Los 87 años que han pasado desde que vio cómo se llevaban a su padre, no han perdido nitidez en la memoria de esta mujer. Se lo llevaron delante de ella en la estación de tren donde vivían y donde él trabajaba, después de poner su casa patas arriba en busca de unas "armas" que lo incriminaran y que no se encontraron.
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Ni por un momento de su conversación con este periódico, Mercedes se permite mostrarse ilusionada. Los palos en la rueda que ha ido encontrando por el camino le duelen y le pesan demasiado.
Rafael Abril, el jefe de estación al que detuvieron delante de su mujer y su hija de tres años
Hace 87 años, el l 17 de abril de 1936, Mercedes estaba junto a su padre en su casa de Clares de Ribota, en la provincia de Zaragoza donde Rafael trabajaba como jefe de estación y donde tenían la vivienda: "Vinieron en unos coches unos señoritos de la Falange, pusieron el piso patas arriba y se lo llevaron al Mercado de Abastos de Calatayud", cuenta Mercedes, que también recuerda los días de angustia que siguieron a aquello.
El Mercado de Abastos de Calatayud funcionaba entonces como cárcel. Allí estuvo Rafael cinco días, en los que les envió cuatro cartas a su familia. En la primera le explicaba que le habían detenido y pedía que le llevara ropa. En la última, escribió a su mujer que pensaba mandar una misiva al día para que no estuviera preocupada. Sin embargo, ya no hubo más. La madre de Mercedes respondió a esa última carta de su marido, pero se la devolvieron la suya con una frase lapidaria: "Ha salido", escrita en el dorso del sobre.
Solo unos días después, la madre de Mercedes, que estaba embarazada, tuvo un embarazo "de respuesta" y el bebé nació muerto. Las dos se quedaron "solas" en Clares de Ribota, un lugar donde no tenían familia, porque Rafael era de Alicante y su mujer de Valladolid.
Dos semanas después, también se quedaron sin casa, porque en breve las echaron del piso de la estación que les correspondía por el cargo de él.
"Hubo una miserable compensación", dice Mercedes, que tras la muerte de su padre se trasladó junto a su madre a Valladolid, donde estaban sus abuelos maternos. Mercedes no se encuentra bien y no se quiere hacer ilusiones: "Han sido tantos tropiezos intentando pensar que ahora lo estoy viendo y digo sí, pero..."
Pude ver la cripta. Me subí como pude a una venta y vi un montón de cajas, fue horrible. Ahí escondido, apiado
Según sus indagaciones, su padre debería estar en el piso tercero, "con los de Calatayud", pero no está 100% confirmado. Hace unos años, visitó Cuelgamuros, entonces Valle de los Caídos, y vio la cripta donde se supone que está el cuerpo de su padre: "Me subí como pude a una ventana y pude ver un montón de cajas. Fue horrible, allí escondido, tapiado", cuenta con amargura.
Mercedes defiende que su padre era un socialista que "no estaba metido en nada", pero dijeron que "tenía armas", insiste varias veces sin olvidar cómo registraron toda la casa, donde lo único que guardaba Rafael eran "plumas estilográficas".
En su "expediente de responsabilidades políticas", recogido por la web "Con nombres y apellidos", de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón,, figura como vicepresidente de Izquierda Republicana y se justifica su asesinato por su "oposición al triunfo de Frente Nacional".
Rafael no fue el único miembro de la familia Abril detenido. Su hermano también fue arrestado, pero tuvo más suerte que é y tras pasar un tiempo en un campo de concentración, salió y pudo vivir y morir "por su propio fin", según palabras de Mercedes.
Tras nuestra charla, la emplazamos para otra conversación cuando haya recuperado las cenizas de Rafael. "Ojalá", contesta preocupada por si no llega a ver ese día.