El órdago de Pedro Sánchez de retar a Alberto Núñez Feijóo a celebrar seis debates cara a cara todos los lunes hasta las elecciones del 23 de julio busca recuperar la iniciativa, marcar la agenda y meter presión al líder del PP, pero de momento su propuesta ha sido rechazada de forma rotunda. A su derecha, el PP no recoge el guante y a su izquierda, Yolanda Díaz se revuelve porque considera que el presidente del Gobierno pretende resucitar el bipartidismo.
Sánchez sabe que parte como perdedor en todas las encuestas y trata de equilibrar la balanza con todo lo que tiene a su alcance. Normalmente es el candidato que aspira a llegar a La Moncloa el que pide debatir y el presidente del Gobierno el que se resiste. Aquí es al revés. El movimiento de Sánchez busca el cuerpo a cuerpo directo con el líder del PP convencido de que en un combate dialéctico le gana. Quiere confrontar proyectos y modelos de país exprimiendo al máximo la estrategia de polarización que ha diseñado desde que el pasado lunes adelantó las elecciones tras el descalabro electoral del 28M.
"Espero al señor Feijóo el próximo lunes", proclamó Sánchez que sostiene que ante unas elecciones trascendentales y decisivas como las del 23J lo que está proponiendo es "más democracia". En su plan está celebrar seis debates, el primero el próximo lunes 12 de junio. Y a partir de ahí, uno a la semana. Sin parar, sin tregua, sin respiro. La respuesta del PP fue inmediata. "Estamos convencidos de que España no está para excentricidades. Entendemos la ansiedad de Pedro Sánchez pero le pedimos calma", dijo el portavoz de campaña Borja Sémper. Sánchez va a mantener su desafío hasta el final y replicó al PP: "Debatir nunca es una excentricidad, sino una obligación".
Sánchez ha decidido ir con todo contra Feijóo. Además de esos cara a cara semanales en los grandes medios de comunicación se compromete a participar en otros debates con el resto de partidos para que los españoles tengan toda la información que necesitan para ir a votar "sin bulos, mentiras ni fakes". "Hay tiempo de sobra para que los ciudadanos se formen opinión de lo que cada uno propone", afirmó en el acto sobre los fondos europeos donde desplegó su plan.
Moncloa argumenta que el Parlamento está cerrado con las Cortes disueltas, pero las televisiones están abiertas. El jefe del Ejecutivo ha aceptado las cuatro ofertas que tenía encima de la mesa de Mediaset, Atresmedia, Prisa y RTVE pero quiere más. Las condiciones que pone son una moderación neutral, equilibrio en los tiempos y reglas de respeto. El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ha cursado ya las cartas de aceptación y ha emplazado al coordinador general del PP, Elías Bendodo, a reunirse cuanto antes para cerrar los términos del primer cara a cara.
El contraste con la anterior campaña de las generales de 2019 es brutal. Aquel año hubo dos elecciones, en abril y en noviembre y Sánchez no aceptó ningún cara a cara con el candidato del PP, Pablo Casado. Ahora las cosas han cambiado y tras la derrota del 28 de mayo y con Feijóo disparado hacia La Moncloa, cree que es la única posibilidad de movilizar a los votantes socialistas que se quedaron en casa.
"Los debates le sientan bien al presidente", han remarcado siempre en Moncloa. El equipo del presidente cree que ha barrido al gallego en todos los enfrentamientos que han mantenido en el Senado desde que Feijóo accediese al liderazgo del PP. Sostiene que Sánchez le ha retratado como un político sin alternativa ni propuestas además de reflejar su falta de moderación. Han tenido varios, desde el primero en septiembre de 2022 donde el jefe del Ejecutivo acuñó la acusación de "insolvencia o mala fe" hasta el último en plena campaña electoral de las municipales y autonómicas que estuvo marcado por ETA y la presencia de etarras en las listas de Bildu, el más duro que han tenido con un cruce de reproches gravísimos.
La campaña que está planteando el PSOE es muy mediática para tensionar al máximo y llegar a cuanta más gente mejor. Muchos dirigentes creen que a los mítines solo van los convencidos y en seis debates tendrían el foco de forma permanente. Es un movimiento que trata de incomodar a Feijóo.
El desafío pilló a la cúpula del PP reunida en Génova. La primera reacción fue rechazar la propuesta: Feijóo no va a hacer seis debates con el presidente aunque los populares enfatizan que es "perfectamente capaz" de hacerlo con cualquiera. A partir de ahí se lanzaron al ataque. Hablan de "provocación", "excentricidades" y "nerviosismo" del líder del PSOE. Argumentan que no van a entrar "a cada trapo" que les lance Sánchez para caer "en el barro" y no aceptan que les marquen su agenda desde La Moncloa.
De momento este próximo lunes no habrá cara a cara. En el PP no cierran la puerta a celebrar alguno, pero ellos decidirán cuando. Fuentes del entorno del líder popular afean a Sánchez que hace cuatro años "no daba la cara con Casado y ahora pide seis debates". La dirección popular quiere darle la vuelta a la situación y que sea Feijóo el que marque el camino: "Puede haber cuatro debates, dos o ninguno. Entre cero y siete ya decidiremos. Ya veremos que les otorgamos nosotros".
Sánchez también ha enfadado a Podemos y a Yolanda Díaz. La vicepresidenta aseguró que la España del futuro no se reduce a un "debate entre dos hombres". Para ella, "esa es una España muy pequeñita". Tanto Díaz como otros dirigentes morados cargaron contra el presidente y le reprocharon que fomente el bipartidismo que ya forma parte del pasado.
Sánchez admite que el bipartidismo está superado, pero también pone el foco en que el 23J solo hay dos presidentes posibles, "o Sánchez o Feijóo". Esa es la disyuntiva que plantea y por eso reivindica que los debates tienen que servir para que los ciudadanos tengan información y puedan clarificar qué políticas se van a aplicar en España y qué partidos las van a poner en marcha.
Tacha como "serio, grave y muy peligroso" la "falsa" elección que propone el PP de que hay que elegir entre "Sánchez o España". Un eslogan que le sirve para enfatizar la acusación de trumpismo a la derecha española. A su juicio, los populares han copiado a Vox ese lema que es "una trampa". Pone como ejemplos mensajes similares de la extrema derecha en otros países. "O América o socialismo", de Donald Trump; "o Bruselas o Budapest", de Viktor Orban; "o un Gobierno de patriotas o el caos", de Giorgia Meloni.
Sánchez insistió en que hará una campaña "en positivo", "propositiva", centrada en la defensa de la gestión desplegada en esta legislatura y en la explicación de las propuestas de futuro. De momento, este lunes ya sacó pecho de que "la economía va como una moto" y alertó de que cualquier alteración de la política económica actual frenará el crecimiento económico y la creación de empleo.