La exvicepresidenta del Parlamento Europeo, la griega Eva Kaili, ya está en libertad, después de que el juez de primera instancia Michel Claise levantara el arresto domiciliario que pesaba contra ella desde diciembre de 2023 y le quitara la pulsera de control telemático que controlaba su estancia en la vivienda donde reside en Bélgica. Sin embargo, el magistrado encargado del caso Qatargate, que investiga los presuntos sobornos a políticos europeos y a su entorno por parte de Marruecos y Qatar, le ha puesto varias condiciones concretas, y entre ellas, una especialmente llamativa confirmada por NIUS: la de no hablar con la prensa sobre el caso. O más concretamente, la de no mandar mensajes a otros imputados por estos medios.
A juicio del magistrado, existen “indicios graves de culpabilidad” que pesan contra la exvicepresidenta de la cámara, miembro de los socialistas europeos. De hecho, Kaili está investigada por presuntos delitos de corrupción, organización criminal y blanqueo de capitales. Según el juez Claise, si Kiali fuera puesta el libertad “sin las medidas adecuadas” “existen serias razones para pensar que reincidiría en su conducta delictiva”. Sin embargo, el auto no refleja que la eurodiputada griega fue retirada de su cargo después de ser detenida con lo que su capacidad de influencia sobre la Eurocámara es mucho más limitada.
En cualquier caso, el juez deja por escrito seis medidas que Kaili debe cumplir si quiere salir de su arresto domiciliario y que le sea retirada la pulsera. Algunas son de lógica aplastante, como dejar que los técnicos de la Justicia belga accedan a su domicilio para que retiren los dispositivos electrónicos que servían para su control. Sin embargo, llama la atención una en concreto: el punto cinco, según ha podido conocer NIUS, en el que el juez de primera instancia le prohíbe tener contacto con el resto de los investigados en la trama, entre los que cabe recordar que está tanto su pareja, que ya confesó los hechos ante la policía belga, como su padre.
Sin embargo, esa prohibición va más allá de lo personal y el juez deja por escrito que tampoco podrá comunicarse con otros acusados “a través de la prensa”. Eso, de facto, significa que la exviceprensidenta del Parlamento Europeo no pueda hablar en los medios de comunicación sobre este proceso, ya que cualquier mensaje público manifestado por Eva Kaili podría ser interpretado como una comunicación en clave o un mensaje indirecto para cualquiera de los otros investigados. De hecho, la exparlamentaria europea concedió esta misma semana sendas entrevistas al diario francés Libération y al diario El Mundo donde hablaba de forma directa de este procedimiento.
Mientras tanto, la Justicia belga prosigue sus pesquisas para determinar si Eva Kaili formaba parte de la organización que cobraba cantidades millonarias de Marruecos o Qatar para influir de forma ilegítima en las decisiones políticas de la Unión Europea. Por su parte, ella ha negado siempre las acusaciones y su pareja ha tratado de dejarla al margen de estos manejos. En sus últimas manifestaciones públicas, la diputada griega ha mantenido que no tenía conocimiento de las corruptelas de su marido porque las hacía mientras hablaba en italiano.