Las elecciones del 23 de julio ya tienen su bulo sobre el voto por correo, pese a que fueron anunciadas hace solo unos días. No falla, en cada cita electoral, a nuestro teléfono empiezan a llegar mensajes de whatsapp en los que alguien habla de un posible pucherazo y de maniobras puestas en marcha para adulterar los resultados, algo que salvo en casos excepcionales, es falso.
Si a eso le sumamos los intentos de fraude acometidos en Melilla o Mojácar para las elecciones municipales y autonómicas celebradas el 28 de mayo; o la fecha elegida para los comicios, en pleno momento vacacional, que hará aumentar notablemente el voto por correo; esta modalidad de sufragio se convierte en el blanco perfecto para los creadores de rumores falsos.
El primer bulo que se ha colado para estas elecciones, que como la mayoría tiene el aviso de "reenviado muchas veces", habla de que va a ser imposible votar por correo, aunque tampoco desarrolla los motivos por los que eso debería ser así.
La falsedad está en que el mensaje oculta varios puntos:
Aunque se baraje el cambio, para evitar intentos de compra de votos como los de Melilla en las elecciones municipales del 28 de mayo, la identificación para votar por correo solo es necesaria a la hora de solicitar la documentación y a la de recibirla, pero nunca a la hora de votar. Eso es así desde que se aprobó la Ley Electoral (LOREG), en 1985, y no es una cuestión reciente, como se difundió en 2019, alertando de la preparación de un "pucherazo" para la convocatoria de abril de aquel año.
Otro bulo que lleva tiempo circulando, es el de que todo está listo para un fraude electoral, porque "desde 2016", el voto por correo "no está custodiado por la Guardia Civil". Así que los autores concluyen que "abrir sobres y cambiar papeletas no es nada complicado".
En una cosa tienen razón: el voto por correo no es custodiado por la Guardia Civil, pero es que nunca lo ha sido, por eso es falso que esto forme parte de un intento de fraude.
Cuando el voto por correo es trasladado desde Correos a las oficinas dependientes de la Junta Electoral Provincial sí es custodiado por la Policía Nacional, pero el voto siempre ha permanecido en Correos en sobres cerrados, y con un certificado de inscripción en el censo de correos, para garantizar la identidad del proceso y del votante. Cuando llegan a las oficinas electorales correspondientes, se les pone una etiquita identificativa.
En Whatsapp hay mensajes que avisan de un posible fraude de electores que votan dos veces, una por correo y otra en persona, porque aparecen en las listas del voto presencial.
Es cierto que aparecen, pero al lado hay una letra C que veta su participación en persona el día de las elecciones.
Un vídeo divulgado poco antes de las elecciones de 2019 genero más preocupación por el voto por correo. Una persona aparecía diciendo que "se habían dejado de separar los votos por correo de los presenciales" a la hora del recuento. Eso dificultaba, según él, distinguir cuántos votos adulterados al PSOE se introducían desde Correos y facilitaba el pucherazo.
La falsedad es que no se han dejado de contabilizar por separado, porque desde 1985 el recuento es conjunto. El voto por correo se introduce en las urnas al cierre de los colegios electorales y se recuenta a la vez que el resto.