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Para el Partido Popular tras las elecciones del 28M el mundo "es maravilloso" o eso dice la banda sonora con la que recibieron ayer a sus candidatos autonómicos: la versión más cañera del 'Wonderful World" de Los Ramones sonando a todo trapo en el vestíbulo de Génova, 13 donde siguen con muchas ganas de fiesta.
Claro que el elefante en la habitación sigue siendo Vox y los pactos necesarios con ellos para recuperar poder territorial. Su apoyo es imprescindible para materializar los gobiernos de Valencia, Extremadura, Aragón, Baleares o Cantabria.
En público el líder del PP optó por ignorar la cuestión en su discurso ante la Junta Directiva de su partido enfriando así las expectativas de futuras alianzas con la extrema derecha. Después, en privado y ya sin micrófonos, Alberto Núñez Feijóo reunía a sus barones territoriales en una comida para darles "libertad" en las negociaciones con la formación de Santiago Abascal pero también les recordaba que ahora toca ganarle las elecciones generales a Pedro Sánchez y que hay que poner distancia con Vox. El PSOE construirá su campaña sobre la 'alerta antifascista' pero Génova no está dispuesta a regalarle la munición.
La solución pasa por blindarse y acudir a las investiduras a la presidencia de los Gobiernos autonómicos sin Vox. Y así lo van a hacer todos los candidatos del PP que no han conseguido mayoría absoluta en las elecciones del domingo pasado. Asumen que en muchos casos pueden ser investiduras fallidas pero también que si se diera esa circunstancia tendría dos efectos beneficiosos para los populares.
La primera: les permitiría estirar los plazos más allá del 23 de julio cuando se celebran las elecciones generales. La segunda: forzarían a Vox a retratarse en plena campaña electoral. "A Feijóo le hacen la campaña de las generales si votan que no", explica un barón con galones. Advierte de que la extrema derecha tendría un problema de discurso si impide los gobiernos regionales del Partido Popular en favor de la izquierda y movilizaría el voto útil en torno a las siglas del PP como ocurrió en las elecciones andaluzas del año pasado cuando los de Abascal se quedaron fuera de juego. "En Extremadura sería su muerte total. Si matan a nuestra candidata María Guardiola antes de las generales ellos se pegan un tiro en el pie", coinciden fuentes al máximo nivel del PP extremeño.
En Madrid recuerdan que poner palos en la rueda y dificultar los Gobiernos del PP en el ayuntamiento y la Comunidad impidiendo la aprobación de los presupuestos ha dejado a Vox fuera y ha reportado sendas mayorías absolutas a Isabel Diaz Ayuso y a José Luis Martínez-Almeida.
Valencia, Extremadura, Murcia, Baleares y Aragón votarán las investiduras de sus presidentes en plena campaña electoral. Valencia lo hará entre el 17 y 21 de julio y desde el entorno del candidato popular Carlos Mazón ya han dejado entrever que se presentará sin la muleta de Vox. Aragón tiene de plazo hasta el 14 de julio y en Extremadura el socialista Guillermo Fernández Vara que se ha pensado mejor lo de retirarse de la política, acelerará los plazos.
Son las tres comunidades en la que los candidatos populares lo tienen más difícil porque la distancia con los socialistas y las marcas de la izquierda es muy estrecha o directamente hay un empate a escaños entre PSOE y PP como en el caso de Extremadura. Necesitan sí o sí los votos decisivos de Vox y estos insisten en no cederlos gratis. Así que los populares irán a una investidura fallida y después ya se verá. Algo que ya ha encendido todas las alarmas en el cuartel general de Vox.
"Voy a ir a porta gayola", aseguraba ayer una de las dirigentes populares que prefiere arriesgarse hasta el punto de reiterar su compromiso de campaña de no meter en su Gobierno al partido de Abascal.
En esto también coinciden todos los candidatos del PP con posibilidades de gobernar en sus comunidades autónomas. En breve comenzarán la ronda de contactos con el resto de formaciones políticas empezando de mayor a menor. Esto es, primero por el PSOE. Serán a los que primero se dirijan para que faciliten Gobiernos del PP en solitario e impedir así que entre Vox aunque saben perfectamente que eso no va a pasar. Los dirigentes territoriales socialistas no le van a escamotear la munición a su secretario general Pedro Sánchez por muchas diferencias que tengan con él.
María Guardiola pedía el lunes la abstención a los socialistas extremeños. La respuesta fue la resurrección política de Guillermo Fernández Vara que ya ha anunciado que también él se presentará a la investidura.
Tampoco albergan muchas esperanzas en Aragón. "Vamos a pedir el apoyo a Lambán pero ni de coña, ni harto de 'grifa' nos lo va dar", reconocen desde el entorno de Jorge Azcón a pesar de que aseguran que la hemeroteca de Javier Lambán en este sentido juega en su contra.
Luego está lo de Miguel Ángel Revilla en Cantabria. Después del batacazo electoral de su partido se abre a dejar gobernar a la popular María José Sáenz de Buruaga para que no pacte con Vox. "Yo, que he defendido esta tierra por encima de todo, voy a intentar que sea gobernable y no se contamine con un pacto PP-Vox", aseguraba ayer en una entrevista en A3.
La consigna en el PP es "tranquilidad" y cocinar los posibles pactos "a fuego lento" para no interferir en el camino a La Moncloa de Alberto Núñez Feijóo. Una vez certificado oficialmente el deceso de Ciudadanos, Feijóo aspira a meter en su saca a los votantes socialistas desencantados con el 'sanchismo' pero a los que espanta todo lo que huela a Vox.
"No hay prisas con los pactos. Todas las opciones son posibles y todos los escenarios están abiertos", confirmaba ayer un miembro destacado de la dirección nacional después de escuchar a un Feijóo que ya se ve en La Moncloa.