A Alberto Núñez Feijóo le gusta comenzar sus mítines presumiendo de que él coge el AVE y no el Falcón para sus desplazamientos en este maratón de campaña electoral. "Vengo desde Madrid en AVE y no en Falcón", dijo en Sevilla. "Le pido a Sánchez que nos enseñe los gastos del Falcon", machacó desde Cáceres. "Jamás utilizaré un Falcon para hacer un mitin de mi partido", se comprometió ayer en Palma de Mallorca. "Se ha cancelado el vuelo regular que me llevaba de Valencia a Tenerife y, lamentablemente, no puedo llegar al mitin que teníamos esta tarde. No ir en Falcon tiene estas cosas", remató desde el aeropuerto de Valencia provocando un duro cruce de reproches con el PSOE.
Lo de atizar al contrario para desgastarle políticamente con el despilfarro y el uso de dinero público para sus propios intereses electorales es una estrategia que para Feijóo no es ni mucho menos nueva. Cuando en 2009 sólo llevaba tres meses como presidente del PP de Galicia y le disputaba al socialista Emilio Pérez Touriño la presidencia de la Xunta, emprendió una campaña feroz contra él por tener un Audi A8 blindado de 331.000 euros de la época como coche oficial. Poco importaba que Manuel Fraga hubiera comprado antes otros dos Audis como el de Touriño. Feijóo y su equipo hicieron bandera de los coches oficiales y arrasaron en las elecciones.
“Touriño es un caradura, parece que lo pasa cada vez mejor despilfarrando cuando hay miles de familias afectadas por el paro”, decía de él el por entonces su mano derecha y ahora su sucesor en Galicia, Alfonso Rueda. “Mentiroso”, “embaucador” o “sultán socialista del siglo XXI” fueron algunos de los calificativos que le dedicaron durante meses a Touriño hasta que Feijóo consiguió desalojarle del Pazo de Raxoi a golpe de mayoría absoluta. La primera de cuatro.
"Es mejor tener dos ideas fijas y machacarlas. La división del bipartito (durante casi una década gobernaron en coalición el PSdeG y el BNG en Galicia) y el derroche fueron dos aspectos que Feijó fue sembrando con paciencia a lo largo de cuatro años de oposición con episodios como el del coche oficial del presidente más caro que el de Obama", cuenta Fran Balado en su libro "El viaje de Feijóo".
El gallego repite ahora plantilla quince años después. Se enfrenta por vez primera a unas urnas como líder nacional y aunque las elecciones son autonómicas y locales el PP las ha convertido en un plebiscito contra el presidente Pedro Sánchez y el Gobierno de coalición con Podemos. Por eso le va de perlas tirar de un clásico de sus campañas. Ahora no es un coche de lujo y sí un avión.
"Ya sabéis que la historia se repite siempre" dijo en Valencia el pasado fin de semana rememorando la campaña en la que venció a Touriño. Y tanto. Desde que cogió los mandos de Génova Alberto Núñez Feijóo ha utilizado el argumento del Falcón de forma recurrente en una labor de zapa constante contra el presidente Pedro Sánchez en una versión renovada de la campaña de 2009.
Nada más llegar le criticó por el uso del avión oficial en plena crisis energética y anunció un protocolo para su utilización. "Mis ministros no tendrán tarjeta oro de utilización del Falcon. Eso ya se lo aseguro", afirmó entonces. Ironizó con el mismo argumento con motivo del viaje de Sánchez a la Casa Blanca. "Como se acerque al Air Force One querrá uno para él", dijo. Censuró su "falta de coherencia" por viajar a Doñana en Falcón durante la guerra abierta con el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
No es una anécdota ni un chascarrillo con el que animar los mítines. El líder del PP no ha dudado en plasmar el tema del avión oficial en el "contrato con los españoles" que firmó con toda la pompa en el oratorio de San Felipe Neri de Cádiz donde se promulgó la Constitución liberal de 1812 a principios de año. Es parte importante de su cruzada 'antisanchista'.
"En aras de la necesaria transparencia se abrirá un registro sobre el uso del Airbus A310, Dassault Falcon 900 y del helicóptero Súper Puma por parte de los miembros del Gobierno", era la medida número 28 de las 60 que incluía su Plan de Calidad Institucional.
Un compromiso con el que ahora machaca en muchos de sus mítines aunque él no es el candidato en estas elecciones locales y autonómicas. Ayer en Palma de Mallorca recordaba su compromiso de no usar el Falcon en actos de partido y de modificar la regulación de utilización de medios del Estado para que ninguno lo pueda usar en beneficio propio. Eso mientras arengaba a personal exigiendo a Sánchez que "pase los gastos de los aviones que le hemos pagado".
Así hasta hoy. No en vano Feijóo se trajo a Madrid a buena parte de su guardia pretoriana de Galicia. Los responsables del diseño y de la estrategia de sus campañas electorales incluida con la que a la primera derrotó al socialista Touriño arrollándole con el Audi.