El servicio de reprografía del área de Formación y Perfeccionamiento de la Policía Nacional es un lugar de acceso restringido incluso para la mayoría de los agentes que forman el cuerpo. Allí, en una sala cargada de máquinas, se fotocopian los exámenes que sirven después tanto para las oposiciones internas dentro del cuerpo, que determinan en parte los ascensos, como las de los 17.000 aspirantes que este año intentaron obtener una de las 2.456 plazas ofertadas por la Administración en la escala básica. Lo que pocos conocen es que en el proceso de copiado de estas últimas oposiciones, las funcionarias encargadas del clonado alertaron de un presunto intento de robo, y señalaron de forma directa a un agente responsable del equipo de reprografía.
Por norma general, es un equipo muy reducido dentro del Área de Procesos Selectivos el que conoce el contenido del examen teórico, que consta de cien preguntas tipo test. Para evitar filtraciones, los documentos de estas pruebas se copian en una zona de acceso restringido dentro de las dependencias que la Policía Nacional tiene en el barrio madrileño de Carabanchel y ante la atenta mirada de dos funcionarias, dos civiles que se encargan de velar por la pulcritud del proceso y de que las preguntas queden fuera de ojos indebidos. Cuando la máquina termina de hacer las copias, el protocolo dicta que los exámenes deben quedar lacrados y custodiados hasta la fecha de la oposición, que en este caso era 23 días después. Cuando se celebra la prueba, el examinador de la Policía Nacional que acude a cada uno de los tribunales en las distintas partes del país, se persona con los paquetes lacrados y debe abrirlos en presencia de los aspirantes para garantizar con este gesto, que nadie ha abierto el paquete y revisado los documentos, lo que evita -sobre el papel- cualquier sospecha de filtración.
Así, según ha podido confirmar NIUS, el pasado 30 de marzo, el servicio de reprografía del área de Formación estaba realizando las labores de copiado del examen de acceso a la escala básica de la Policía Nacional, la oposición más concurrida que da acceso al cuerpo, a la que este año se presentaron cerca de 17.000 personas. Sin embargo, en un momento de ese clonado, la máquina que realizaba las fotocopias se atascó, por lo que las dos funcionarias que participaban en el proceso avisaron a uno de los responsables del servicio de reprografía, un subinspector de policía que era entonces el responsable de ese servicio, con el objeto de que atendiera a las necesidades de la máquina.
Sin embargo y según reconocieron ellas después, ambas se percataron de que la persona encomendada, además de arreglar el atasco de la máquina, se guardó presuntamente en el bolsillo derecho de su pantalón una de las páginas del examen dispuesto para las oposiciones. En ese momento y según la versión recabada por este diario, no había más responsables policiales en la sala, por lo que las dos civiles recriminaron el comportamiento del agente, que negó haber guardado nada en su pantalón.
Ante su negativa a enseñar el contenido de sus bolsillos, las dos funcionarias civiles que prestan servicios para el CNP avisaron a sus superiores en el departamento de Procesos Selectivos, que enviaron a dos inspectores. Los policías realizaron una requisa en el local restringido donde se hacen las copias y encontraron un papel arrugado en una de las esquinas que contenía parte de las preguntas del examen. El agente señalado por las funcionarias ya no tenía en ese momento el bulto en el bolsillo que había llamado la atención de las mismas minutos antes.
Según fuentes consultadas por NIUS, los dos inspectores personados dejaron sus impresiones por escrito y recalcaron la versión aportada por las dos funcionarias. Pero el asunto no acabó ahí, ya que ante la gravedad de las sospechas, se personó también en el lugar el comisario principal de la división de Formación y Perfeccionamiento para interrogar al supuesto ladrón, un subinspector cerca de la edad de jubilación.
Según ha podido confirmar este diario, el suceso se produjo presuntamente el pasado 30 de marzo, realizando la copia de los exámenes que debían ser completados por los aspirantes casi un mes después, el pasado 23 de abril. Sin embargo, según las fuentes consultadas, no constan cambios en las preguntas de la oposición después de este presunto intento de robo, ni que el asunto fuera notificado de manera alguna fuera de las paredes policiales.