Los benedictinos miran hacia otro lado mientras se acerca su expulsión de Cuelgamuros: "Cuánta imaginación"
El Ministerio de Presidencia preara un decreto que extinga la Fundación de la Santa Cruz del Valle, lo que supondrá la expulsión
El Gobierno trabaja desde marzo en la exhumación de los 131 cuerpos reclamados por las familias
El quinto entierro de Primo de Rivera; saldrá de Cuelgamuros con discreción y el acuerdo de la familia
Con los cuerpos de Franco y Primo de Rivera fuera del valle de Cuelgamuros, el Gobierno debe seguir con los pasos de la resignificación del Valle y cumplir con la Ley de Memoria Democrática, entre ellos, la expulsión de los monjes benedictinos, instalados allí desde la construcción del antiguo Valle de los Caídos, en 1958. La expulsión será, aunque ellos se resisten. De hecho, el monje que nos atiende al teléfono desde la Basílica, asegura ellos siguen con su vida normal. "Cuánta imaginación hay", contesta el encargado del confesionario, mientras cuenta que allí siguen con su vida normal, dando misas, celebrando bodas, cuando alguien lo solicita, atendiendo a los penitentes y confesando: "El otro día estuve tres horas seguidas", apunta, ajeno a la que será una realidad más pronto que tarde.
En 2020, terminó el convenio firmado en 1958 entre la Fundación de la Santa Cruz del Valle y la Abadía de Silos. Un convenio que dejaba por escrito la obligación de celebrar un misa por "todos los caídos de nuestra cruzada", que no es otra que la del franquismo.
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Desde entonces, hace ya más de dos años, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica exige que se cumpla con la Ley y que los monjes se marchen, para que el Valle de Cuelgamuros deje de ser, de verdad, el Valle de los Caídos.
Desde la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática, el Gobierno, y en concreto el Ministerio de Presidencia que dirige Félix Bolaños, tiene pendiente la emisión de un decreto que disuelva definitivamente la fundación de la Santa Cruz del Valle y que materialice la salida de la veintena de monjes. Pero de momento no hay fecha, aunque el departamento de Bolaños está trabajando en su redacción.
Exhumaciones en marcha
Expulsar a los benedictinos no es la única tarea que le queda al Gobierno para resignificar el Valle. Una de las labores más importantes por hacer, es la exhumación de los 131 cuerpos enterrados allí cuyas familias han solicitado los cuerpos.
El Ejecutivo está trabajando en ello, y tras varias paralizaciones por recursos judiciales, las obras están en marcha desde el 5 de diciembre. En la parte trasera de la basílica, una valla impide la visión de los trabajos que se están haciendo para exhumar los cuerpos, pero según la información recabada por NIUS, se han instalado unas oficinas, en casetas de obra, donde se examinarán los restos que se vayan extrayendo.
Dentro de la basílica, se ha tapado con un tapiz la puerta que da acceso a las criptas en las que se va a trabajar para exhumar los cuerpos. Ese tapiz impide el acceso.
33.383 cuerpos en las criptas
Además de Franco y Primo de Rivera, exhumados tras más de medio siglo enterrados a los pies del altar mayor, en las criptas de la Basílica hay 33.833 cuerpos inhumados. Se calcula que 28.000 pertenecían al bando nacional y que el resto, más de 5.000, eran represaliados republicanos. Sacar aquellos reclamados por las familias es una de las primeras tareas que tiene el Gobierno por delante, pero la lista es larga, demasiado para que se complete a los largo de esta legislatura.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica pide, por ejemplo, que se eliminen determinados símbolos, como la inscripción a la entrada en las criptas, donde se puede leer "Caídos por Dios y por España", una frase que -señala la asociación- "exalta el golpismo y oculta la compleja naturaleza de los restos humanos que fueron encriptados en el Valle".
Más allá de eso, todavía no se ha convocado el anunciado concurso de ideas para esa resignificación marcada en la ley y que tiene que cumplir con dar a conocer las circunstancias de la construcción de la mole donde unos 20.000 presos trabajaron de manera forzosa.
También está por ver qué ocurre con la gigantesca cruz (mide 150 metros de altura) que preside Cuelgamuros y cuyo futuro está en el aire. El Gobierno nunca ha dejado claro que pasará con ella y mientras tanto, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso ha aprobado una ley de patrimonio con que probablemente la acabará protegiendo como "patrimonio etnográfico religioso" de la región.
La salida de Primo de Rivera
En cualquier caso, este lunes 24 de abril se ha dado un paso, con la exhumación del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera. El féretro ha salido a hombros, aunque la mayoría de las cámaras no lo han captado. Ya en el exterior, el coche que trasladaba sus restos ha sido despedido por un pequeño grupo de simpatizantes, que lanzaban su lema: "José Antonio, ¡Presente!", mientras se alejaba hacia el cementerio de San Isidro.
Una vez en el camposanto más antiguo de Madrid, otro grupo más nutrido protagonizaba momentos de tensión, al intentar rebasar la barrera policial y acercarse al coche fúnebre del político fascista fallecido en el 36. El intento ha quedado en un conato de incidente que ha puesto punto final a uno de los cumplimientos más significativos de la Ley de Memoria Democrática, aunque no es el último.