La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha rechazado admitir la querella qué presentó el exchófer de Luis Bárcenas, Sergio Ríos Esgueva, contra el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro Miranda. Ríos quería que se le investigara por cohecho continuado y revelación de actuaciones declaradas secretas, por haber mantenido conversaciones sobre Kitchen con Francisco Martínez, ex número dos Interior, encausado en la trama. Además, la querella señalaba que Navarro quería "fortalecer su cargo" ayudando a Navarro, mano derecha del exministro Jorge Fernández Díaz. Los magistrados señalan que los mensajes son "vagamente cooperativos". El Supremo no es el primero que rechaza investigarle. A principios de marzo, el Consejo General del Poder Judicial se desentendió, porque no había habido ninguna queja o denuncia.
Pero el tribunal considera que la acusación no se sustenta porque no consta ninguna información de navarro a Martinez. “no se advierte de la relación circunstanciada de los hechos contenida en la querella, ni en el soporte documental que acompaña a la misma, consistente en el resultado de las comunicaciones mantenidas a través de la aplicación WhatsApp por los Sres. Martínez y Navarro, a lo largo, nada menos, de prácticamente un año, elemento ninguno que permita sustentar con un mínimo rigor, ni siquiera en los términos indiciarios que resultan propios de la fase procesal en la que nos encontramos, las imputaciones que el querellante sostiene con relación a la conducta del aforado”.
En su auto, concluye que se trata de un relato de hechos que “no permite identificar ninguno eventualmente constitutivo de delito” que pudiera vincularse, ni siquiera en los términos provisionales o prima facie que corresponden a este momento procesal al presidente de la Audiencia Nacional.
La Sala señala que “ninguna concreta información reservada” es transmitida por Navarro a Martínez en esos mensajes y subraya que entre ellos existía una relación de amistad. Y en ese contexto -precisan los magistrados- “resulta plenamente comprensible la empatía que el querellado muestra ante las tribulaciones de su amigo, tanto las de naturaleza política (indisociable en ese momento de su actividad profesional), relativas a si sería o no incluido en las listas electorales del partido popular, como las de carácter jurídico, con relación a las imputaciones que frente al mismo se iban perfilando, de las que no se consideraba responsable”.
Añade que el Sr. Navarro envía continuos mensajes de tranquilidad y afecto a su amigo y que es cierto que, en algunos de esos mensajes, se expresa en términos vagamente cooperativos, afirmando que “tratará de enterarse”, que “está intentado hablar, pero está fuera de Madrid”, que “mañana le dice”, “que no le han comentado nada”, etc.
Para la Sala, ninguno de esos mensajes define o se refiere a ninguna clase de gestión concreta que pensara implementar con ese fin y, en ese sentido, afirma que comparte la valoración del Ministerio Fiscal relativa a que sus respuestas son “meras evasivas” o “largas”.
Señala que el propio querellante reconoce la existencia de esa relación de amistad entre ambos y que, en ese contexto, resulta insostenible que, a cambio de la información solicitada, como recoge la querella, el presidente de la Audiencia Nacional obtenía cenas y regalos del exnúmero dos de Interior.
El tribunal ha estado formado por el presidente de la Sala, Manuel Marchena, y los magistrados Andrés Martínez Arrieta, Ana María Ferrer, Ángel Luis Hurtado y Leopoldo Puente (ponente).