Dupree Glass y Juan Rayford fueron víctimas de un fatal error judicial cuando tenían tan solo 17 y 18 años. Fueron condenados a cadena perpetua por un crimen que nunca cometieron y ahora, 17 años después de aquello, lo que busca la Justicia es la manera de indemnizarles después de que, al fin, se les haya declarado inocentes.