Paco de Lucía "se quedó blanco" cuando supo que no figuraba como el único autor de "Entre dos aguas", la obra que le dio fama mundial y que cambió el flamenco para siempre. La sorpresa del guitarrista se la contó su hija al abogado Agustín Azparren, uno de los letrados que durante seis años han estado peleando para que los descendientes del músico recuperaran el 50% de sus derechos de autor, que percibió durante medio siglo el arreglista y pianista José Torregrosa. Su contribución real fue transcribir la música y ponerla sobre el pentagrama, pero la autoría, ya por sentencia, es de Paco de Lucía.
"Hablamos de mucho dinero, imposible de calcular por ahora, pero sobre todo, de una cuestión artística" explica Azparren a NIUS un día después de saber que un juzgado de lo mercantil ha dado la razón a los herederos del virtuoso de Algeciras. Ahora, la SGAE tendrá que aportar la certificación de cuántos ingresos han percibido los herederos de Torregrosa, para que los devuelvan.
A la pregunta de "cuánto dinero" podría haber sobre la mesa, el letrado no sabe contestar y asegura que la familia, tampoco, entre otras cosas por "cómo llevaba sus asuntos Paco de Lucía". Le planteamos si será más de un millón de euros, y eso sí, lo da por descontado.
Paco de Lucía supo que la canción no estaba solo registrada a su nombre poco antes de morir, precisamente cuando su hija se puso a arreglar algunos de sus papeles. Desde entonces, figurar como único autor de esa obra se convirtió en una "obsesión" para él. Todavía estaba vivo cuando la familia intentó llegar a un acuerdo con los herederos de Torregrosa, fallecido en 2005, pero no ha sido hasta nueve años después de la muerte de Paco de Lucía, cuando los suyos han ganado la primera batalla judicial.
Azparren espera recurso de los Torregrosa, que tendrán que devolver las royalties percibidos por "Entre dos aguas" y otras 36 piezas musicales. Pero no solo eso, el juez declara vulnerado el "derecho moral" de Paco de Lucía y obliga a los condenados a pagar otros 10.000 euros por ese daño.
Azparren, que toca la guitarra, confiesa a NIUS que esta es una de las sentencias ganadas que más satisfacción le han producido nunca: "Yo llegué a saber tocar el primer punteo de "Entre dos aguas", que es la parte fácil, porque luego es una locura. Nunca me habría imaginado que acabaría participando en algo que tiene tanta trascendencia musical", comenta desde Asturias y a través del teléfono.
Y es que estamos ante un caso sin precedentes. La presencia de los arreglistas en las autorías de la música, y la percepción de derechos de autor, es algo que ha existido siempre, y que muchos músicos entienden como un "impuesto revolucionario", según la experiencia del abogado. Sin embargo, no ha habido pleitos, porque las partes solían llegar a un acuerdo en la SGAE.
Dos veces han intentado conciliar los familiares de Paco de Lucía con los de Torregrosa, sin éxito, según cuenta Azparren que no descarta que ahora sí lo haya.
Para entender por qué Paco de Lucía no se dio cuenta durante décadas de lo que estaba ocurriendo, hay que conocer el mundo de la música de tradición oral como el flamenco y al propio guitarrista. Conocedor de ambos es Faustino Núñez, musicólogo licenciado en Viena y especializado en Flamenco, cercano al compositor y conocedor de su obra: "Imagina un chaval de 30 años, con toda la vida por delante, con aquellos conciertos, aquellas giras. A él no le preocupaba lo que era aquello de registrar las canciones. Imagino que le llegarían las cantidades de derechos de autor, y diría, mira qué bien, pero no se planteó nada más".
Faustino Núñez ha sido perito en este caso, y su informe ha sido clave en la decisión del juez. Una por una, fue analizando las canciones y explicando por qué sólo podían ser de Paco de Lucía. Según su estudio, recogido en la sentencia, el germen de "Entre dos aguas", se encuentra en una obra de dos años antes, "Rumba improvisada", que consiste en una improvisación. Y eso hace inviable que Torregrosa tuviera nada que ver en el proceso artístico.
En su conversación con NIUS, Núñez explica que los flamencos, igual que los roqueros, componen sobre la marcha porque ellos "no necesitan escribir música, la componen y después la memorizan". Eso sí, después, hay que transcribirlo y pasarlo a partitura, pero los que hacen eso no pueden considerarse autores. "Un músico de formación académica (como Torregrosa) raramente podrá ayudar en el ámbito creativo, dada la naturaleza del flamenco", reza su informe.
En el caso de Paco de Lucía, como en el de tantos otros, "no sabía escribir partituras" aunque con los años fue aprendiendo algo. De ahí el papel de Torregrosa, que "lo llevaba todo, y también llevaba los registros".
Así que cuando tocó inscribir obras como "Entre dos aguas", se puso como coautor. No fue el único, era una "práctica no escrita", asevera Núñez que ironiza con que Torregrosa empezó a cobrar los derechos "por error".
A Paco de Lucía, Núñez lo conoció en en los 80: "Me convertí en un inseparable de su sexteto cada vez que venían a España", nos cuenta este amigo y admirador del guitarrista, que nunca ha tenido duda de quién componía las canciones en tela de juicio.
Ante el tribunal, rebatió a los familiares de Torregrosa, que intentaron demostrar su intervención en la composición aduciendo que él también era flamenco: "Les contesté que hay un un diccionario enciclopédico donde vienen todos los flamencos y que ahí no aparece Torregrosa", fue su respuesta.
Para él, la música de Paco de Lucía es más que identificable, por su técnica y su estilo. Durante su generación, y en particular con él, el mundo de la guitarra dio un vuelco al mundo de la guitarra. Paco de Lucía "marcó escuela", añade Núñez, que desde el principio tuvo claro cuál iba a ser la decisión del juez: "Era de cajón que esto iba a ser así".
La lista completa de las 37 canciones cuyos derechos de autor recupera la familia de Paco de Lucía es esta: 'Gitanos trianeros', 'El Tajo', 'Jerezana', 'Llanto a Cádiz', 'Punta Umbría', 'Recuerdo a Patiño', 'Viva La Unión', 'En la Caleta', 'Llora la seguiriya', 'Abril en Sevilla', 'Al conquero', 'Que viene el Coco', 'El Vito', 'Fuente Nueva', 'Plazuela', 'Rumba improvisada', 'Serranía de Málaga', 'Temas del pueblo', 'Barrio de la Viña', 'Canastera', 'Cuando canta el gallo', 'De madrugá', 'Doblan campanas', 'Punta del faro', 'Farolillo de feria', 'Farruca de Lucía', 'Tientos del Mentidero', 'Percusión Flamenca', 'La guitarra flamenca y Orquesta de Paco de Lucía', 'Fuente y caudal', 'Los pinares', 'Plaza de San Juan', 'Reflejo de luna', 'Solera', 'Aires choqueros', 'Cepa andaluza' y 'Entre dos aguas'.
Todo un repertorio que pasará a la historia como obra exclusiva de Francisco Sánchez Gómez, el genio que se hizo llamar Paco de Lucía y que murió en Playa de Carmen (México) el 25 de febrero de 2014, con la angustia de no saber a nombre de quién iba a figurar buena parte de su música.