Yolanda Díaz ya asume que Podemos no va a estar en la foto de la puesta de largo de Sumar este domingo en el Pabellón Magariños de Madrid. Fuentes de su entorno descartan un pacto con la dirección de los morados en el último minuto porque la vicepresidenta, dicen, nunca negocia las cosas a última hora. Las dos partes llegan con las espadas en alto al 2 de abril, el día más simbólico para Díaz en el que lanzará de forma oficial su candidatura a las elecciones generales de diciembre. La vicepresidenta pasa página y se centra en vender su proyecto para reunificar a la izquierda.
Nadie se ha movido. Cada uno se mantiene en su postura aunque en las últimas horas se intensifica la presión sobre Podemos. Al último llamamiento de Díaz a lone Belarra para que asista al acto con el argumento de que en los "momentos históricos hay que estar" se unen los movimientos internos con dirigentes territoriales, diputados y algunos cuadros mostrando abiertamente su apoyo a Díaz o apuntándose a la lista de asistentes. De esa forma desafían la consigna de Podemos de no acudir si antes no hay un pacto previo y un compromiso por escrito de que se celebrarán primarias abiertas a toda la ciudadanía para elegir a los candidatos.
Podemos se ha quedado solo marcando esa línea roja que no han secundado otras fuerzas del espacio de la izquierda ni comparten algunos de sus miembros. Sumar aprovecha ese foco de tensión abierto y fuentes de la plataforma hablan de rebelión interna tras la decisión de los coordinadores de Podemos en Navarra y Galicia de arropar el domingo a la vicepresidenta al igual que los diputados Txema Guijarro o Antón Gómez-Reino, la eurodiputada Maria Eugenia Rodríguez Palop o el apoyo explícito de Gloria Elizo y del vicepresidente balear Juan Pedro Yllanes. La última en trasladar su respaldo ha sido la candidata de Podemos en Asturias, Covadonga Tomé. No estará en Magariños, pero sus palabras son claras: "Quiero enviar a Yolanda Díaz mi cariño y desearle toda la suerte. Podemos no es solo una estructura de partido, es un deseo de transformar la realidad. Podremos y sumaremos".
Ni Podemos ni Sumar van a dar marcha atrás. El partido de Ione Belarra se enroca en que su propuesta de primarias abiertas para conformar las listas electorales es asumible y sencilla y Díaz no está dispuesta a firmar un acuerdo bilateral con Podemos para fijar los detalles de esa votación dejando fuera al resto de fuerzas. "Sumar va a hacer primarias con garantías democráticas", dijo la vicepresidenta este jueves sin entrar en más detalles. "Podemos ha jugado un papel clave en nuestro país y no hay ninguna excusa", añadió, para que Podemos no esté en la presentación de la candidatura.
Una cita a la que Díaz da la máxima trascendencia y califica como una fecha clave para la política en España. "Desde luego, creo que en los momentos que puede cambiar la historia de un país, se debe estar. Yo lo haría así". Todo un mensaje para Belarra. Su entorno insiste en que es "inexplicable" que la secretaria general de Podemos no esté presente. Precisamente un día antes, el sábado, se reúne en Madrid el Consejo Ciudadano de Podemos donde se espera que Belarra confirme la posición de su partido.
El goteo de partidos y dirigentes que se apuntan a la lista de invitados ha desatado la euforia en Sumar con la vicepresidenta como primera abanderada. Ha pasado del silencio de los primeros días a principios de esta semana a exhibir públicamente su alegría y agradecimiento por las muestras de apoyo. Ella misma ha citado a organizaciones sociales, sindicales y hasta políticos de la escena internacional. "No soy capaz de contar", exclamó Díaz. Su equipo traslada que está deseando salir a escena para afianzar el revulsivo que está suponiendo Sumar.
En Sumar sitúan el debate de la moción de censura de Vox como el punto de inflexión en la movilización de la ciudadanía entorno a la figura de la vicepresidenta. Díaz tuvo un papel protagonista dando la réplica al candidato Ramón Tamames en una estrategia acordada con Pedro Sánchez que se interpretó como la presentación del tándem electoral de la izquierda de cara a las generales. Esa línea de actuación puede marcar los próximos meses en los que todo se a medir en clave electoral. El equipo de Díaz tiene claro que cada uno va a trasladar su mensaje con el objetivo de movilizar al máximo a las bases progresistas sin distraerse en nada más.
En Moncloa y en el PSOE cada vez ven más probable que finalmente no haya unidad a su izquierda y Podemos pueda ir a las urnas por separado y en solitario. Un escenario que puede lastrar las opciones de Sánchez de cara a una reedición de la coalición de Gobierno porque en algunas circunscripciones pueden peligrar los escaños que Unidas Podemos obtuvo en noviembre de 2019.
Fuentes del Gobierno creen que Pablo Iglesias está tutelando todo este proceso y es el que marca la estrategia de la dirección. Le sitúan más en el activismo que en el ejercicio de la política porque es lo que le conviene a sus intereses. Algunas fuerzas del espacio de la izquierda trasladan que Podemos, con su actitud de tensar permanentemente la cuerda, puede convertirse en un obstáculo más que en un activo.
La primera prueba de fuego que puede despejar muchas incógnitas son las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. Ahí se medirá la fuerza electoral de Podemos y su capacidad de resistencia para mantener el poder territorial que ostenta ahora. Sus resultados determinarán el peso de su posición negociadora. Si pierden serán más débiles frente a Díaz que no se presenta a esos comicios. Pase lo que pase, después de mayo empieza la segunda parte de esta partido con un nuevo reparto de cartas.