Colores que no casan, habitaciones en las que solo se pintaba el techo, trabajos ejecutados por Ayuntamientos pero cobrados por contratistas privados, paredes sin lijar o donde no se retiraban para pintar ni los cuadros ni el mobiliario, grietas en los falsos techos supuestamente arregladas pero que siguen allí, humedades o incluso trabajos cobrados donde nadie apareció por el cuartel, ya que la pintura la había realizado meses antes una empresa anterior, como sucedió presuntamente en Hoyo de Pinares.
Ese es el resultado, según el peritaje aportado al juzgado que investiga el caso, sobre las obras de reforma y mejora de 27 cuarteles de la Guardia Civil en la provincia de Ávila, solo una parte de los investigados en el conocido como caso Cuarteles. En total y según la perito, las comandancias de la Guardia Civil de Ávila facturaron 236.914 euros pero el importe realmente ejecutado fue de solo 94.207 euros. El resto, más de la mitad de lo invertido, sirvió presuntamente para pagar obras que nunca se realizaron, pero que sí tuvieron el visto bueno de la Guardia Civil.
En el caso del acuartelamiento de Navarredonda de Gredos, la perito certifica que los trabajos realizados son en realidad solo la mitad de los presupuestados. Es decir: que la empresa cobró presuntamente 41.000 euros por unos trabajos valorados en 21.000. Según el informe realizado para el juzgado, varios puntos como la rehabilitación con mortero de la fachada no se hicieron, las puertas se pintaron solo por la cara visible, y la cubierta presenta “importantes daños” que debían ser reparados, pero no lo fueron. En este caso, la Guardia Civil pidió presupuestos a tres empresas distintas. Sin embargo, dos de ellas presentaron sus presupuestos, con cifras distintas pero “la misma maquetación” y el mismo “tipo de letra”.
En el cuartel de Arévalo, los trabajos de albañilería fueron cifrados en 47.000 euros más IVA, sin embargo la perito dice que hay una desviación de 13.000 euros, y destaca la escasa “atención por los detalles”. En Hoyo de Pinares se pidió presupuesto a tres empresas distintas, pero curiosamente, “las tres ofertas pasan las mismas partidas y mediciones. Se observa que los presupuestos de todas ellas tienen el mismo formato, igual tipografía, fuente y tamaño”. En este caso los contratistas cobraron una renovación de las tuberías de los baños que según la perito no se hizo. Por no hacer, no cambiaron siquiera el alicatado de los baños masculinos, algo que hubiera sido imprescindible para cambiar las tuberías que había en esas paredes.
Además, en la cocina el informe refleja que “en esta partida hay discrepancias en la medición. Y ojo, no hay cocina”. Tampoco montaron el “falso techo de pladur”, no se renovó el cuadro eléctrico más que con un reloj programador, hay discrepancias en prácticamente todas las mediciones, problemas en el calabozo y según el documento, el contratista cobró incluso por hacer una rampa de acceso a las dependencias que, según la versión del comandante de puesto, fue ejecutada en realidad por el Ayuntamiento de la localidad. Por eso en este caso y a juicio de la perito, la obra se abonó por 48.000 euros más IVA, cuando solo cuesta 20.000.
Sobre los contratos de pintura, adjudicados con anticipos de caja fija, la perito mantiene que los precios son “elevados” para la media del mercado, que se paga a 5,78 el metro cuadrado cuando la Guardia Civil los estaba pagando a 7. “Hay discrepancias al alza en todas las medidas”, explica la arquitecta, que resalta cómo en todas las mediciones, los errores son en detrimento del pago de dinero público.
En Adanero por ejemplo, el contratista solo pintó el cuarto de puertas, el almacén y el hall de entrada, pero solo el techo. Cuando pintaron no quitaron siquiera las placas de los extintores. Ahora que por normativa esos extintores han sido bajados al suelo y las placas retiradas, se puede apreciar la marca de la pintura antigua. La perito explica además que la empresa facturó 90 metros de pintura por una estancia que mide solo 66,8 metros cuadrados, 90 metros por otra sala que solo mide la mitad y 390 metros cuadrados de zonas comunes cuando solo pintó 251. Pero lo peor de todo es que en este caso, ni siquiera llegaron a pintar. “Se emite una valoración real de los trabajos ejecutados a criterio de este técnico. Esta valoración es cero, ya no se ejecutó nada en este cuartel”. En este punto concreto, el importe facturado fue de 3.920 euros.
Así, los errores sistemáticos en las mediciones se repiten por ejemplo en el cuartel de Madrigal de las Altas Torres, Avila, Hoyo de Pinares, Pedro Bernardo o Muñogalindo siempre a favor del contratista. Pero es que además “no se pintaron ninguna de las estancias facturadas”, según refleja el informe. El pago fue de 3.955 euros aunque “realmente” solo se ejecutó presuntamente el 13%. La empresa que cobró el dinero, Angrasurcor SL, fue la misma que en el caso anterior. Tampoco se pintaron las “estancias facturadas” en San Pedro del Arroyo, donde las mediciones también fueron casi el doble de las reales y el trabajo se limitó a algunas zonas comunes. Solo el 25% de todo lo facturado, a juicio de la perito nombrada por el juzgado.
En La Adrada, se pagaron 90 metros cuadrados de pintura en una habitación que medía según la perito 30. En una de las dependencias de Ávila, el resultado fue parecido (casi 4.000 euros cobrados y ni un solo trabajo hecho) y en Crespo, además de todo lo anterior, tampoco se reparó la puerta de entrada “ni se hizo ningún tratamiento anti goteras”. Aun así, se autorizó el pago de la factura. Basta ver la siguiente imagen para entender que cualquiera sin conocimientos técnicos se daría cuenta de que no había sido arreglada.