En Vox están de los nervios. Observan perplejos como caen en las encuestas mientras se desayunan todos los días con entrevistas a todo trapo en periódicos y televisiones en las que su candidato de la moción de censura Ramón Tamames torpedea las vigas maestras sobre las que se sostiene la formación de extrema derecha.
Renombrar a Cataluña como "Nación catalana", decir que España es "una nación de naciones", criticar a Vox por el "uso excesivo de la bandera", defender el cambio climático, que existe violencia machista o el aborto en caso de síndrome de Down son afirmaciones difícilmente digeribles por unas bases poco acostumbradas a los matices y que consideran que lo de cenar con el presidente del Gobierno (otra de sus perlas) es poco menos que una traición. "Yo nunca me iría a cenar con Sánchez", subrayaba este lunes el vicepresidente de Vox, Jorge Buxadé, en un intento casi desesperado de empatizar con los más cafeteros de su partido.
Ayer mismo el lenguaraz exdirigente comunista decía que Sánchez tiene "coraje", que le tiene "cierta estima" y que veía "exagerado" decir que su Gobierno es el peor de la historia dinamitando así el principal argumento de Santiago Abascal para presentar la moción de censura contra Pedro Sánchez. Ha sido la gota que ha colmado el vaso. Hasta el punto que Abascal ha decidido atar en corto a Tamames. Este jueves ha convocado una rueda de prensa junto al viejo profesor en el Congreso en un intento de minimizar daños cinco días antes de que se debata la moción de censura en el Parlamento. "Le van a tener aquí junto a Abascal para que le pregunten lo que quieran", anunciaba el portavoz Iván Espinosa.
Vox trata de controlar el mensaje y cambia su estrategia. Puesto que Tamames es incontrolable y será imposible tutelar lo que diga en la tribuna del Congreso en su réplica a los distintos grupos parlamentarios, lo que pretende ahora el partido de extrema derecha es centrar toda la atención sobre su líder Santiago Abascal y dejar en segundo plano al economista de 89 años. "Va a ser muy sano escuchar a Abascal sobre cómo ha evolucionado este Gobierno esta legislatura. Desde las maletas de Delcy al caso Mediador", insistía Espinosa procurando virar el foco desde ya hacia la marca segura de Abascal y su principal activo político.
"El candidato es independiente y coincide en que hay motivos para la moción y para adelantar elecciones. En el debate trataremos de mostrar por qué de lo uno y lo otro. No hay más", insisten desde el entorno de Abascal. "Es como si estuvierais esperando un truco de magia cuando ya hemos contado el principio y el final de la historia", añaden esas mismas fuentes al más alto nivel consultadas por NIUS muy molestas con el tratamiento de los medios de comunicación. "Decimos que hay que presentar a alguien independiente y apartidista para mostrar que millones de españoles (no identificados con Vox ) también quieren censurar al gobierno de Sánchez. Respuesta de los medios : es que vuestro candidato no se identifica con Vox", añaden.
Abascal y su núcleo duro son muy conscientes de que sus bases siguen sin entender que un excomunista, partidario del aborto y de un tratamiento diferenciado para Cataluña, sea el candidato a la presidencia del Gobierno elegido por Vox. Por mucho que sólo sea para disolver las Cortes y convocar elecciones como repiten a modo de tabla de salvación todos los días los dirigentes del partido sin que ese mensaje termine de calar entre los más recalcitrantes. El malestar es cada día es más grande.
El cuartel general de Vox en la calle Bambú amaneció el jueves de la semana pasada con pintadas ofensivas en su fachada justo después de publicarse una entrevista del exdirigente comunista en el diario El País (el que más odian los seguidores de Abascal) en la que defendía la España plurinacional. Entre otras cosas les llamaban "traidores" en su propia casa. No era la primera vez. Pintadas parecidas aparecieron en la fachada de Bambú tras la entrevista de Jordi Évole a Macarena Olona en las que la exdirigente insinuó irregularidades en el funcionamiento del partido. Entonces Vox lo denunció además de hacerlo público. Esta vez han preferido no airear un malestar por el que se le escapan votos a chorro.
Fuentes no oficiales apuntan que el lunes pasado coincidiendo con la entrevista de El País, se produjo una reunión en la cúpula para estudiar la situación. Se dio un toque a Tamames por el tono de sus críticas y el propio profesor reconoció públicamente que había estado "un poco duro".
Crecen las voces internas que cuestionan la idoneidad de haber optado por el exdirigente comunista de 89 años que no para de subrayar las enormes diferencias que le separan de Vox en temas clave para la formación de la extrema derecha . El malestar se extiende ya no sólo a unas bases que ahora se piensan su voto, también entre los cuadros intermedios de la formación que se enfrentan a las urnas en algo más de dos meses, y alcanza incluso a algunos diputados nacionales que no terminan de entender esta última pirueta.
Consideran que es una "bomba de relojería" y cruzan los dedos porque no tienen la menor idea de por dónde puede salir Tamames el martes de la semana que viene cuando se debata la moción de censura a partir de las nueve de la mañana.
La última encuesta de GAD3 para NIUS reflejaba una caída de casi dos puntos en estimación de voto y entre 37 y 39 escaños coincidiendo con el registro oficial de la moción de censura. Muy lejos de los 52 que tienen ahora. El trasvase de votos desde Vox al PP también se ha acelerado y hay sondeos que ya lo cifran entre el 14% y el 15%
Los de Abascal ya han dejado claro que no se plantean dar marcha atrás. Saben que ya es muy tarde para plantearse retirar la moción de censura a pesar de la sangría en sus filas.