Lo mismo se hacían una fotografía junto a la Virgen del Pilar, en la dirección general de la Guardia Civil; que posaban junto a la bandera España en el Congreso; o se fotografiaban esnifando drogas o bailando con prostitutas.
La cúpula del caso 'Mediador', compuesta por el exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes, su sobrino Taishel, el general de la Guardia Civil Francisco Espinosa y el conseguidor Marco Antonio Navarro, acostumbraba a hacer tours madrileños a distintos empresarios para captarles y pedirles un peaje de 5.000 euros, para empezar, que les acabarían devolviendo en favores desde sus puestos de responsabilidad pública.
Pero parece que eran ajenos a la posibilidad de que esas imágenes se acabaran haciendo públicas. Todo quedaba registrado y todo acabó en manos de la Policía a través del teléfono del hombre que da nombre a la operación, el confeso Marco Antonio Navarro. Las jornadas solían empezar con un par de visitas serias: una al Congreso, donde tenía su escaño Fuentes; y otra a la dirección general de la Guardia Civil donde el general espinosa les hacía un recorrido. Además, en su cortejo, les invitaban a hacerse las fotografías que ahora inundan el sumario.
En una de esas imágenes, por ejemplo, se ve a Navarro con el empresario quesero Alberto Montesdeoca, el primer pagador que figura en el sumario y que después de los primeros 5.000 euros, siguió pagando. Según las sospechas de los agentes, a cambio de que le redujeran o le archivaran un expediente que le podía acarrear una multa de 74.000 euros.
Tras la visita formal a las instituciones, llegaba el tiempo de asueto. las imágenes de comidas, terrazas y copas se ven por doquier en las más de 2.000 páginas de la primera pieza del sumario, y aún hay otras siete.
Poco a poco, el día se iba animando. No faltaba de nada, la media de gasto por juerga era de unos 3.500 euros, que pagaban los empresarios. Clubes y hoteles acogían sus fiestas. El exdiputado, que ya ha sido expulsado de las filas socialistas, se alojaba en el hotel Victoria 4, en el centro de Madrid. Y allí se quedaban también los empresarios que no eran de la capital. Claro que hubo ocasiones en que la cuenta se les disparó hasta los 11.000 euros de juerga.
La conducta de los investigados la retratan las imágenes de estas fiestas en las que no tienen ningún pudor en fotografiarse de cualquier manera, también en albornoz y esnifando droga en un hotel.
El sumario también da fe de cómo comentaban las jugadas a posteriori entre ellos, de cómo se confesaban sus secretos, o de cómo se sufragaban una parte de su vida oculta a las rutinas y a su imagen pública. En un una conversación de Whatsapp, hablan de unas mujeres con las que han estado y a las que se plantean cómo pueden volver a ver.
En otras charlas telefónicas y transcritas en el sumario, se ven otros tratos. Por ejemplo, hay un episodio en que el general Espinosa le pedía a Marco Antonio Navarro que le ayudara a justificar un viaje a Fuerteventura "a follarse al churumbel", según Navarro, un travesti pagado por otro empresario. En distintas conversaciones, hablan de la amante de Espinosa, a la que apodaban "chocho volador".
Aquello no acabó bien. En su declaración de abril de 2022, Marco Antonio Navarro explicó en el juzgado que la amante del general le puso "los cuernos" el día del cumpleaños de Espinosa, y que él, "despechado", pidió acostarse con un "churumbel", un travestí, pagado por otro empresario.
Después de aquello, la amante llamó a la esposa del general y le contó la relación que mantenía con él, lo que según Navarro desencadenó que "la esposa del General enfermase". Fue el final de la relación paralela, que según el sumario duró dos décadas.