La dirección del Fútbol Club Barcelona se reunió en persona con el número dos de los árbitros españoles, José María Enríquez Negreira, para terminar de una forma pactada con los pagos que el equipo habría realizado bajo cuerda y durante años al responsable del cuerpo arbitral. Abonos que llegarían, según investiga la Fiscalía, por medio de una sociedad administrada por su hijo y que el colegiado intentó seguir cobrando bajo la amenaza de sacar a la luz supuestas irregularidades financieras conocidas durante sus años de relación con el club
Según ha podido confirmar NIUS, esa reunión entre el número dos del Comité de Árbitros y los representantes del club blaugrana, del que Enríquez Negreira recibió cantidades millonarias, se celebró al terminar la temporada 2018, en la que el Barça ganó tanto la Liga como la Copa del Rey.
Allí y según la versión recabada por este diario, los responsables del equipo le informaron sobre la necesidad de cesar su relación. De hecho, en ese momento el Barça estaba ya inmerso en varias investigaciones financieras por parte de Hacienda, que analizaba con lupa cada uno de sus proveedores ante la sospecha de que el club había derivado de forma ilegal pagos a sus jugadores por medio de distintas sociedades para pagar menos impuestos.
Sin embargo y después de esa reunión, la empresa del número dos de los árbitros giró una nueva orden de pago, esta vez por 37.000 euros sin contar el IVA. El club se negó a pagarla y arrancaron los problemas. “Tomad nota de que no la aceptamos”, decían desde el departamento de contabilidad, lo que derivó en una guerra dialéctica en varios asaltos que se alargó durante medio año.
Según ha podido confirmar NIUS, el número dos de los árbitros decidió entonces poner el asunto en manos de un abogado especialista en derecho administrativo, que fue quien trató de que el club aceptase abonar esta factura y reanudar la relación con la empresa que centra las investigaciones de la Fiscalía. Sin embargo, en diciembre de 2018 el entorno del árbitro recibió una nueva comunicación por parte del club, que insistía en dar por terminada la relación entre ambas partes. “Nos extraña la reclamación planteada”, explicaban los representantes del club, que ya había rechazado de manera formal el 4 de julio de 2018 el pago de la primera factura y había mostrado “de forma clara” su intención de no contar con sus servicios.
Dos meses después de estas negociaciones y ante la negativa del Barça a emprender de nuevo los pagos, el club recibe el burofax adelantado por El Mundo en el que el entonces número dos de los árbitros españoles amenaza de forma textual a la directiva del club con sacar a la luz “todas las irregularidades que he conocido y vivido en primera mano” en relación con el Barça. “Me obligará a ello si no reconsidera su decisión”, escribía el colegiado en un documento remitido directamente al entonces presidente, Josep María Bertomeu.