El F.C. Barcelona no pagó solo a una empresa vinculada el entonces vicepresidente de los árbitros españoles, José María Enríquez Negreira. Además, y según los datos que ha podido conocer NIUS, el club catalán fue requerido por el fisco para aportar los datos y facturas de una segunda sociedad, un supuesto proveedor del equipo llamado SoccerCam SL. La empresa, según los datos del registro mercantil, está administrada por Javier Enríquez Romero, hijo del ex número dos del Comité Técnico de Árbitros y que estaba al frente también de la sociedad Dasnil 95, que ahora investiga la Fiscalía por un posible delito de corrupción entre particulares.
Tal y como adelantó la Cadena Ser, la sociedad sirvió para recibir pagos en tres años distintos, entre 2016 y 2018, 1,6 millones de euros. Sin embargo, esa no sería la única empresa vinculada a la familia que habría cobrado directamente del F.C. Barcelona. En un requerimiento fechado el 11 de enero de 2021, el fisco pidió al club catalán todas las facturas emitidas por cuatro sociedades concretas: una de ellas era la ya mencionada Dasnil 95, otra es SoccerCam SL, donde figuran en cargos de responsabilidad varios familiares directos del árbitro, la tercera es otra firma que no ha presentado cuentas en el Registro Mercantil y que tiene un nombre muy similar a la empresa investigada por la Fiscalía pero con las letras al revés (NILSAD SCP) que recibe la forma de una Sociedad Civil Privada y cobró 891.000 euros en 2015
La cuarta empresa, según ha podido confirmar NIUS, es una sociedad llamada Tresep 2014 y en apariencia, no tiene vinculación alguna con la familia de Enríquez Negreira y en el que aparece como apoderado el exdirectivo del Barça ya fallecido Josep Contreras, salpicado en varias investigaciones judiciales.
Según las fuentes consultadas por NIUS, ya en septiembre de 2019, el F.C. Barcelona recibió por primera vez la petición de la Agencia Tributaria para que aportase tanto la documentación acreditativa de los pagos a varias de estas sociedades como la naturaleza explícita de sus facturas. La petición llegó desde la Delegación de Grandes Contribuyentes de Barcelona. Entonces, los inspectores fiscales se centraron también en los medios de pago utilizados por el club para abonar estas facturas. Año y medio después, los funcionarios tuvieron que volver a requerir los datos ante la falta de información aportada por el equipo.