Las trabas para la entrega de Puigdemont a España tras la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE
La resolución limita la capacidad de Bélgica de rechazar la euroorden, pero puede hacerse si se demuestran "deficiencias sistémicas" o contra "grupos diferenciables"
Además, hay que tener en cuenta que el país donde está Puigdemont es Belgica, el país de la UE que menos euroórdenes ejecuta
Traba temporal: el juez Llarena tiene que esperar a que el Tribunal General de la UE decida sobre la inmunidad del expresident catalán
El TJUE ha limitado este martes la capacidad de Bélgica para rechazar la entrega de Puigdemont a España, pero se trata de eso, de una limitación, que no quiere decir que el expresidente de Cataluña vaya a ser -sí o sí- entregado, y mucho menos que eso vaya a suceder en un futuro próximo. Lo que dice la sentencia, es que un país (Bélgica) no puede denegar la entrega sin más, pero que sí puede hacerlo si se demuestran "deficiencias sistémicas o generalizadas en el Estado miembro emisor", o por deficiencias "que afecten a un grupo objetivamente identificable de personas al que pertenezca el interesado", en este caso, Puigdemont. En esa condición de grupo identificable de personas que a su juicio forman el independentismo, se apoyarán Puigdemont y el resto de exconsellers fugados para intentar zafarse de la orden europea de detención.
El juez Llarena, que a principios de mes emitió un auto de procesamiento en el que aplicaba la derogación de la sedición y señalaba a Puigdemont por los delitos de malversación y desobediencia, todavía tiene que esperar a que se resuelva el recurso del expresident sobre su inmunidad, retirada y que ahora mantiene de forma cautelar. Así que más allá de decisiones finales, todavía quedan semanas, si no meses, para que Llarena curse una nueva euroorden contra él.
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Y además, hay que tener en cuenta que el país al que Llarena tiene que solicitar la entrega es Bélgica, el que tiene la tasa más baja de entregas en euroórdenes. Así, que está por ver qué dice la Justicia de ese país cuando reciba la petición.
La traba temporal
Pese a que los procesados consideran que tienen motivos para la alegría por la decisión del TJUE, en el Supremo se disponen para preparar sus euroórdenes, aunque no todavía. Antes de nada, la sentencia del tribunal europeo debe ser enviada al alto tribunal español para ver cómo se adapta su contenido a la euroorden.
- En el caso de Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí, el juez Llarena tiene que esperar a que el Tribunal General de la Unión Europea ¨(TGUE) diga si tienen inmunidad como eurodiputados o no y si por tanto pueden ser entregados a España para ser juzgado.
- Tras ser detenido en Italia, el expresident recurrió al TGUE que le restableció la inmunidad de manera cautelar, pero aún no ha dado su respuesta definitiva, que debería llegar antes de abril.
- Si el TGUE decide que no hay inmunidad que valga, el juez cursará sus euroórdenes y pedirá a Bélgica la entrega. La respuesta podría pasar por distintos recursos que alargarán el procedimiento.
- En el caso de Lluis Puig, que no tiene inmunidad, y sobre cuya entrega en concreto respondía el TJUE el martes, el juez Llarena también va a esperar.
- Aguardará a que sus compañeros del tribunal que juzgó el procés digan cómo hay que interpretar la reforma de la malversación y la derogación de la sedición.
Las puntualizaciones del TJUE
El enunciado general de la sentencia señala que un país no puede rechazar la entrega y cuestionar la competencia de un tribunal nacional para juzgar a alguien en términos generales. Pero puntualiza:
- Sí se puede hacer si existen "deficiencias sistémicas o generalizadas" en el Estado que pide la entrega, pero eso "hay que demostrarlo".
- Los independentistas celebran esa puntualización, que a su juicio cierra la puerta a la entrega porque están convencidos de que se puede demostrar.
- Pero.... la Comisión Europea y la propia Bélgica han descartado que esas deficiencias existan.
- Las entregas se pueden denegar si se demuestran deficiencias "que afecten a un grupo objetivamente identificable de personas al que pertenezca el interesado".
- Para Puigdemont y el resto de los consellers, esto es un reconocimiento a que son una "minoría nacional" perseguido por el estado por su ideología política y también están convencidos de que ganarán ese pulso.
- Sin embargo, esa deficiencias -dice la sentencia- no se pueden considerar acreditadas por el simple hecho de que lo digan los interesados:
- "La circunstancia de que el interesado haya podido invocar, ante los tribunales del Estado miembro emisor, sus derechos fundamentales a efectos de impugnar la competencia de la autoridad judicial emisora y la orden de detención europea dictada contra él no reviste una importancia decisiva a este respecto", señala el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
La traba del santuario belga
Si hay un país que concede pocas entregas y extradiciones en Europa, ese es Bélgica, que ya ha denegado la entrega de Puigdemont y que ha sido el país de refugio de huidos de todo tipo y procedencia desde siempre, incluidos numerosos etarras que en los 90 se fugaban a la región separatista de Flandes para intentar esquivar sus juicios en España.
- Bélgica es el país que menos entregas realiza de toda la Unión Europea, proporcionalmente hablando.
- Luxemburgo y Malta entregan a menos personas, pero su tasa de peticiones y población es mucho menor.
- En 2015 se registraron 312 procedimientos de extradición o entrega y sólo se concedieron 22.
- Desde entonces, Bélgica no ha vuelto a ofrecer datos de las OEDE que concede, sólo de las que solicita.
- España no es el único país que ha recibido negativas de Bélgica.
- En octubre de 2022, por ejemplo, rechazaron entregar a un imán yihadista a Francia acusado de "alentar a la violencia, al odio y a la discriminación", pero Bélgica dijo que ese delito "no era reprochable" en su territorio y rechazó la entrega.
- Holanda está muy acostumbrada a las negativas de Bélgica, que se niega a ejecutar numerosas órdenes de detención y entrega por el estado de las cárceles de sus vecinos.
Habrá que ver si esos nudos se aprietan o se deshacen para saber si Puigdemont vuelve a España para ser juzgado, como se espera en el Tribunal Supremo, o viene por su propio pie, como él está convencido de que hará.