Comienza una semana con una actividad política verdaderamente intensa. Con las elecciones municipales ya en el horizonte, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha propuesto en Cádiz un pacto para que gobierne la lista más votada en los ayuntamientos. La reforma electoral que propone se limita a las municipales y le evitaría pactos con Vox, lo paradójico es que una de las primeras voces discrepantes ha sido la de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
En el mismo lugar donde se firmó la Constitución de Cádeiz de 1812, Feijóo ha firmado su Plan de Calidad Institucional con 60 medidas y muchos ejemplos: sedición, malversación o referendum ilegal. Prohibir las puertas giratorias en justicia o recuperar el prestigio de las instituciones. "Supone un contrato con nuestro país", ha señalado ante los medios el líder popular.
La medida que más polvareda está levantando: "Garantizar que la alcaldía recae en la candidatura que logre mayor respaldo popular directo en las urnas". Una medida que no levanta pasiones en alguno de los suyos, que prefieren pactos o segunda vuelta: ¿Y si hay más escaños hacia un lado que hacia el otro que quieren un gobierno u otro?", ha precisado Díaz Ayuso este lunes.
La medida también ha sido rechazada de plano por los contrarios: "Una medida, primero, que ni tú mismo te crees y, segundo, te la invalidan dentro de tu propio partido", señalan desde el PSOE. "No responde a nuestro sistema democrático", agregan desde Vox. Un pacto al que quiere llegar el PP con el compromiso del resto de fuerzas que, como ven, no están dispuestas. En el documento firmado solo se habla de alcaldías, aunque fuentes populares aseguran que estarían dispuestos a elevarlo a elecciones autonómicas y a la presidencia del Gobierno.