Los presidentes de España y Francia, Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, respectivamente, sellan el primer Tratado de Amistad y Cooperación entre ambos países. Un acontecimiento histórico para el que se ha elegido Barcelona –con sus protestas independentistas incluidas- como escenario y en el que el aumento de las conexiones energéticas y la reapertura de pasos fronterizos están sobre la mesa.