Los capos cambian la ruta de la droga: veleros desde España a Sudamérica cargados de hachís y MDMA

  • Un velero cargado con cuatro toneladas y media de hachís fue localizado esta semana cuando partía desde España para cargar en Marruecos y viajar a Sudamérica

  • Hace 17 días, otro velero cargado con 57 kilos de MDMA fue interceptado cuando emprendía la travesía después de haber sido reparado en Marbella

  • Los traficantes han cambiado la ruta ya que el precio de estas sustancias se multiplica al otro lado del Atlántico, al igual que sucede en Europa con la cocaína

Los agentes de la Policía Nacional llevaban semanas siguiendo el rastro de aquel barco, ante la sospecha de que estaba cargado de hachís. Lo que no sabían es que tras monitorizar los movimientos de sus tripulantes, después de recibir el aviso de sus homólogos de la policía británica, tendrían una oportunidad de acercarse a él sin levantar sospechas cuando un temporal azotó su casto y los tripulantes pidieron ayuda a Salvamento Marítimo. El SOS dio a los agentes la excusa perfecta para que un barco se acercase sin levantar sospecha, y sin que los presuntos narcos tirasen la carga. A bordo, los funcionarios de la lancha de Vigilancia Aduanera “Milano II”, que pisaron primero el barco, encontraron cuatro toneladas y media de hachís repartidas en 130 bultos. 

No es nuevo que los agentes encuentren droga escondida en un barco. Pero sí lo es que tal cantidad viaje en dirección contraria a lo esperado, ya que el objetivo de los narcos que partieron de España no era regresar con el hachís a la península, si no cruzar el Atlántico y plantarse en algún lugar de la costa de Sudamérica. Es la ruta inversa del hachís, el camino contrario al que realiza la cocaína, pero que consigue multiplicar su precio. Con su operación del pasado 27 de diciembre, la Policía Nacional consiguió decomisar el que, hasta la fecha, es el mayor envío de hachís lanzado al otro lado del charco desde las costas españolas. 

Según las fuentes consultadas por NIUS, esta ruta inversa arrancó hace ya varios años, con un método de compensación entre los clanes de la droga. En un primer momento, eran los productores de cocaína colombianos los que llegaban hasta las costas españolas o marroquíes con sus barcos, y cambiaban directamente su mercancía por hachís, realizando el cambio a precio europeo y obteniendo importantes beneficios, ya que en su país el hachís se había convertido en una droga de moda entre los consumidores adinerados. Arrancó así un carrusel de viajes, donde el mismo barco transportaba cocaína desde Sudamérica para regresar cargado de hachís. 

Sin embargo, pronto los traficantes sudamericanos fuera del mercado de la cocaína se lanzaron también a realizar la ruta, organizando sus propios envíos, que suelen tener escala en Canarias para repostar. Tal y como adelantó El Confidencial, fue un capo búlgaro llamado Dimitar Mitrin quien confirmó esta tendencia para los agentes, cuando detectaron que su red preparaba importantes envíos de hachís a Sudamérica en 2019. Allí, pueden suceder dos cosas: que los traficantes intercambien la droga con cocaína y vuelvan a España multiplicando sus beneficios, o que después de ese primer pase vendan la mercancía el Brasil, Colombia o Argentina y con ello reduzcan el riesgo de ser detectados de nuevo. 

Preparativos durante los partidos de la roja en el mundial

En Sudamérica, el hachís sufre un incremento de precio muy similar al que experimenta la cocaína cuando llega a Europa. Pero no es el único producto, y los traficantes lo saben. Por eso, el pasado 10 de diciembre los agentes localizaron por primera vez un velero cargado con MDMA que realizaba la misma ruta con destino a Sudamérica. En este caso, el barco estaba cargado con 56 kilos de la sustancia en bruto, que podrían servir para fabricar más de un millón de pastillas, con la droga una vez cortada. 

Para evitar ser detectados, los cinco involucrados, de origen argentino, habían metido la droga dentro de depósitos de gasoil, con el objetivo de ocultar su olor. Lo que no sabían los presuntos narcos es que los agentes de la Policía Nacional les seguían los pasos desde que pusieron un pie en España en octubre de este año, con la intención de reflotar un barco que había quedado abandonado en Puerto Banús tras ser el vehículo para un porte de una tonelada y media de cocaína en 2020. Durante sus seguimientos a los objetivos, los agentes confirmaron que los presuntos narcos incrementaban la intensidad de sus trabajos de reforma del barco cuando jugaba la selección española durante el mundial de Catar, con el objetivo de no ser detectados. 

Solo dos semanas después, se produjo el hallazgo de este nuevo velero cargado con más de cuatro toneladas de hachís, que tuvo que volver a costas españolas azotado por el temporal y reclamó la ayuda de salvamento marítimo.