Superada la renovación parcial del Tribunal Constitucional que tanto ha costado, y que abre una etapa de nueve años de mayoría progresista, toca mirar a la presidencia del órgano. Será progresista, porque es lo natural ya que esa es la mayoría, y estará entre dos magistrados: el ex fiscal general del Estado Cándido Conde Pumpido y la catedrática Mª Luisa Balaguer. Fuentes cercanas a esta magistrada confirman que "le gustaría" asumir la presidencia, aunque aseguran que ella "no lo entiende como una pelea" con su compañero de tribunal.
Los dos encajan en la tradición de que el presidente provenga del tercio más antiguo. Llegaron en 2017, como Alfredo Montoya, que abandonó el TC por cuestiones de salud, y como Ricardo Enríquez, que es conservador y apunta como futuro vicepresidente, entre otras cosas, porque habitualmente el presidente y el vicepresidente son de tendencia distinta.
Otras fuentes, cercanas a Cándido Conde Pumpido, señalan que las conversaciones están siendo constantes entre los magistrados y que el ex fiscal general tiene "un fuerte respaldo" del grupo progresista, el que va a constituir la nueva mayoría. Conde Pumpido, apuntan, "está trabajando para conseguir, si fuera posible, un consenso sobre la presidencia y vicepresidencia, lo más próximo que se pueda a la unanimidad".
Nada es oficial, porque ninguno de ellos ha presentado una candidatura y porque todo se empezará a decidir cuando se componga el nuevo pleno del tribunal de garantías. Es decir, cuando los nuevos magistrados designados por el Gobierno y por el CGPJ tomen posesión de sus asientos.
Conde Pumpido es la apuesta del PSOE, pero también es el presidente que no quiere el PP, así que se espera una votación reñida, en la que los cuatro conservadores votarán a Balaguer. En cuanto a los progresistas... está por ver qué hacen los nuevos magistrados que han entrado, Laura Díez, Juan Carlos Campo, y Mª Luisa Segoviano, que podría inclinar la balanza.
La elección no está clara, porque Conde Pumpido mantiene excelentes relaciones con Campo o Segoviano . En cuanto a Balaguer, sería una candidata de consenso, al poner de acuerdo a los conservadores y a algunos progresistas. Y el consenso siempre se busca en el TC, especialmente después de las últimas divisiones.
La votación será secreta. Para que uno de ellos sea elegido en primera vuelta necesitará mayoría absoluta, que ahora parece complicada. La segunda votación sí da por válida una mayoría simple.
Sea como sea, el que salga elegido dirigirá un pleno de mayoría progresista durante los próximos nueve años y que está destinado a revisar buena parte de las normas del Gobierno de Sánchez que han sido recurridas por Vox o por el PP en la mayoría de los casos.
Llegó al TC en marzo de 2017. Almeriense, de 69 años, ha sido abogada, pero sobre todo, profesora universitaria, tanto en la facultad de Derecho como en la de Periodismo.
Mª Luisa Balaguer es catedrática de Derecho Constitucional, ha escrito distintos trabajos sobre perspectiva de género y además, si fuera elegida, se convertiría en la segunda mujer en la presidencia del TC, después de Mª Emilia Casas, que ocupó el cargo entre 2004 y 2010.
Balaguer concita las simpatías de Podemos, su relación con los progresistas es buena, y además, en esta ocasión, contaría con el apoyo de los conservadores, lo que la puede convertir en candidata de consenso.
Cándido Conde Pumpido es quizás el magistrado con un perfil más público de los que tiene el Tribunal Constitucional, ya que ha sido fiscal general del Estado, magistrado del Supremo o portavoz de la asociación Jueces para la Democracia.
El bloque progresista le apoya como presidente, y sus relaciones con los magistrados entrantes son muy buenas, pero en su contra juega el bloque conservador, que está más por la labor de apoyar a la otra posible presidenta.