El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, arranca la semana política retornando al campo de juego en el que se siente más cómodo: el de la economía. Días después de que el Congreso aprobara el primer paso para derogar el delito de sedición y Vox ayer sacara a las calles de Madrid a 25.000 personas para pedir la dimisión del presidente Pedro Sánchez
Tras semanas sin incidir en sus recetas de rebajas fiscales y machacar con la deuda galopante, Feijóo ha vuelto a recuperar sus mensajes clásicos en un desayuno informativo en el que ha acompañado a su candidato a presidir la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón. En este sentido el dirigente popular ha recriminado a Sánchez que desatienda la economía del país en un momento de crisis. "Cualquier Gobierno preocupado por el devenir económico de su país estaría centrado en contener la inflación", ha dicho a la espera de conocer el dato de inflación que se conocerá mañana. "No puede ser que tengamos la cesta de la compra más cara de Europa", aseveraba.
Eso no quiere decir que los populares vayan a abandonar el hueso de la sedición o la ley del 'solo sí es sí'. Feijóo insiste en que El Gobierno "ha creado un gran problema" con ambas actuaciones y se ha posicionado al lado de los fiscales que han subrayado que en todos los código penales que ha tenido España siempre han contemplado la sedición "incluido el de la democracia de 1985", subrayaba.
Feijóo ha criticado que las cuentas del Estado aprobadas el jueves pasado hayan servido para dar oxígeno a Sánchez. "Los Presupuestos Generales del Estado sólo han servido para solucionar los problemas de Sánchez y sus socios, con la derogación del delito de sedición y la posible reforma del delito de malversación", señalaba..
Alberto Núñez Feijóo ha querido presumir intencionadamente de la cohesión interna de su partido después de que la semana pasada el ala más dura del PP le empujara a ser "implacable" en su labor de oposición al presidente Sánchez. Feijóo ha posado con todos sus barones autonómicos salvo el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, y el de la Xunta, Alfonso Rueda. Ahí estaba la abanderada de los duros del PP, la presidenta de Madrid Isabel Díaz Ayuso.
Ayuso ha acudido para aparecer sonriente en la foto junto a Feijóo para a continuación marcharse a otro acto programado en su agenda. Feijóo y Ayuso ya escenificaron plena sintonía este fin de semana en un acto en Madrid en el que ambos arremetieron contra Sánchez sin piedad.
El líder popular ha alardeado de unidad sin fisuras frente al PSOE al que ha presentado como "un partido partido" en el que los barones socialistas huyen de Pedro Sánchez y no acuden a sus actos en alusión a la proclamación de Sánchez como presidente de la Internacional Socialista. Un acto en el que no estuvo acompañado ni por Emiliano García-Page, Javier Lambán o Ximo Puig.
Génova se ha marcado las próximas elecciones autonómicas y municipales de mayo como el punto de inflexión necesario para dar un golpe definitivo a Pedro Sánchez y coger impulso para llegar hasta La Moncloa.
En esta hoja de ruta, Valencia es clave. Feijóo ha presentado a su candidato a la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, como su próximo presidente. Ante los rumores que indican que Ximo Puig estaría valorando adelantar las elecciones, Mazón ha asegurado que está preparado y que quiere "el cambio" lo antes posible. De momento ha cargado duramente contra Puig por lo que llamado su "procés silencioso" que "se parece mucho a la agenda independentista", ha afirmado. Por eso y por no haberse posicionado en contra de derogar el delito de sedición
."Me gustaría ser el primero de los 'sanchistas' al primero de los valencianos. No sé si eso da votos pero sí claridad", ha manifestado mientras apelaba al voto útil o como él lo ha llamado "necesidad valenciana". Al grito de "libertad a la valenciana" ha concluido su intervención.
Tirando de argumentario de Génova que ha hecho de la ley del 'solo sí es sí' munición electoral , el candidato popular a la Generalitat Valenciana ha advertido de que "hay cien violadores en la Comunidad Valenciana frotándose las manos" con la reducción de penas que establece la ley de la ministra Irene Montero.