Es la original bienvenida que el ayuntamiento de Llanes dispensa a sus visitantes. Con un cartel, avisa a los turistas de los inconvenientes del pueblo. Como el canto de los gallos al amanecer o el olor de los campos abonados. Todo para evitar disgustos y malentendidos, porque no todo el mundo sabe a qué se expone cuando visita el mundo rural. "En nuestros valles can a encontrar distintos pueblos asturianos, used accede asumiendo los riesgos. Ya saben que los gallos cantan, que el ganado está suelto y que los agricultores trabajan y madrugan lo suyo para que podamos comer sano. "Aquí vivimos de eso, antes que el turismo estaban los animales y estábamos los ganaderos.
"El que viene aquí y se molesta por una gallinita a las 7 de la mañana, pues que se vaya al Paseo de la Castellana, que allí no hay gallinas". Todo se produce por las quejas de algunos turistas por los ruidos y malos olores. El ayuntamiento deja claro que el campo es el campo. "Los olores son inevitables".
Muchos turistas se asombran de los perros sueltos y algunos los han llevado a la perrera. Se creen que están abandonados. También se sorprenden de las calles estrechas. Como dice un vecino de Llanes, aquí somos lo que somos, se vive muy bien, se come muy bien y yo creo que somos buena gente