El Gobierno ha querido rendir homenaje a todas las víctimas del franquismo de forma solemne con un acto en el Auditorio Nacional de Música de Madrid presidido por Pedro Sánchez y con la asistencia de 16 ministros, ejemplo de la trascendencia que Moncloa ha querido dar al primer 'Día de Recuerdo y Homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la Guerra y la Dictadura'. Así lo como contempla la Ley de Memoria Democrática que ha entrado recientemente en vigor.
Los protagonistas han sido las víctimas y sus familiares. Han recibido emocionados 20 diplomas de reparación de la mano del presidente del Gobierno y del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. "Simbolizan el dolor compartido y el éxito por los ideales de la libertad y la democracia", ha dicho Montserrat Peligro Bellisco en representación de todas.
Sánchez, durante su intervención, ha destacado que el día 31 de octubre no está elegido al azar. Es la fecha en la que las Cortes Generales aprobaron la Constitución en 1978. En ese punto ha hecho una defensa de la Carta Magna como símbolo de concordia del pueblo español y ha proclamado que no basta con acatarla, hay que cumplirla. "Honrarla exige algo más que proclamar su vigencia, exige cumplirla de principio a fin, sin excusas ni subterfugios", ha dicho el presidente sin citar explícitamente al PP y la crisis del Poder Judicial tras la suspensión de las negociaciones para renovar el CGPJ.
El presidente, que ha prometido a los familiares y víctimas presentes en el acto que nunca más van a caminar solos, ha señalado que la Constitución no puede ser patrimonializada porque es una conquista colectiva.
"Hay que cumplirla y hacerla cumplir en todos los extremos, del primero al último de los artículos", ha subrayado. No ha hecho ninguna mención expresa al PP ni a la decisión de Alberto Núñez Feijóo de suspender las conversaciones con el Gobierno por su intención de reformar el delito de sedición aunque el mensaje tenía al PP como destinatario. El presidente lleva desde el jueves por la noche, cuando todo saltó por los aires, reclamando a los populares el cumplimiento de la Carta Magna.
En su intervención Pedro Sánchez ha reconocido que se trataba de un momento "muy importante desde el punto de vista personal" y ha recordado como uno de los momentos más emotivos como presidente del Gobierno el homenaje junto al presidente de la República francesa en un pequeño cementerio de Francia ante la tumba donde descansan los restos de Manuel Azaña.
Ha recordado que muy cerca de esa sepultura se encuentra otra olvidada, la de Felipe Gómez Pallete, el médico personal de Azaña que se quitó la vida en el exilio. Con ese caso ha querido recordar el de todas las víctimas anónimas olvidadas de la guerra y la dictadura, también las que están en fosas comunes o en las cunetas. Ha mencionado el caso de Benita, presente en el acto, que lleva 83 años buscando a su padre. "Solo le mueve darle una sepultura digna, tener una lápida para poner llevarle flores el Día de los Difuntos", ha dicho el presidente.
Como ella, otras cientos de personas, no quieren "reabrir heridas", señala el presidente, sino "cerrarlas para siempre".
Ha reivindicado que la Ley de Memoria nace de un relato integrador donde se hace una defensa del legado de la Transición y que recoge los principios básicos que Naciones Unidas ha establecido para la legislación sobre esta materia, "verdad, justicia, reparación y deber de memoria".
Entre las 20 personas que han recogido los diplomas había familiares de asesinados durante la Guerra Civil y la dictadura, de las Trece Rosas, niñas robadas, activistas LGTBI represaliados y encarcelados, exiliados y el único abogado laboralista superviviente de la matanza de Atocha. Todos han recibido una emocionada y calurosa ovación de los asistentes al acto que ha finalizado con Ana Belén interpretando 'España camisa blanca de mi esperanza', una canción símbolo de aquella época.
Además de este 31 de octubre la Ley también establece que el 8 de mayo se rinda homenaje a los hombres y mujeres que sufrieron exilio como consecuencia de la Guerra Civil y la dictadura. El texto considera víctimas a las personas que hayan sufrido daño físico, moral o psicológico, daños patrimoniales o menoscabo de sus derechos fundamentales desde el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 hasta la entrada en vigor de la Constitución de 1978.
De esa forma incluye además de los fallecidos y desaparecidos a los exiliados, las personas LGTBI o los niños adoptados sin el consentimientos de sus progenitores.