Tras meses de ir al ataque contra el Gobierno armados con el mantra de ‘menos impuestos’ -así se hizo fotografiar Alberto Núñez Feijóo hace justo un mes- el Partido Popular se repliega. Moncloa ha olido sangre y ha sacado toda la artillería endosando a los populares el fiasco de Liz Truss en Reino Unido y su política fallida de bajada masiva de impuestos.
Durante el debate presupuestario de ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a lo largo de toda una hora fue a degüello recriminando la política fiscal del PP. “¿Hoy están por bajadas o subidas de impuestos? Han tropezado con Reino Unido, su propuesta fiscal se ha ido al traste y ahora se desmarcan”.
Montero cogía carrerilla y no paraba: “Están recogiendo cable porque ven que se han equivocado. Las recetas del PP no valen”, atizaba sin piedad ante la número dos de Feijóo, Cuca Gamarra, que sonreía con su particular versión de ‘dientes, dientes’. Ni Feijóo ni Sánchez han asomado por el Congreso. El primero porque es senador y estaba en el Senado, el segundo porque está de gira por África.
En Génova estaban preparados para el chaparrón, convencidos de que esta es una carrera de fondo y que sus recetas económicas son las correctas. “Hay que aguantar. En economía dos más dos son cuatro para mí y para María Jesús Montero. Hay que tener paciencia”, admite un destacado miembro de la dirección nacional con la esperanza de que pronto escampe.
Desde comienzos de semana los populares empezando por el mismísimo Feijóo, se han desgañitado insistiendo en que ellos nunca han defendido una rebaja fiscal generalizada. Ayer Gamarra desde el Congreso defendía una vez más la deflactación del IRPF para las rentas por debajo de los 40.000 euros, la bajada del IVA de la cesta de la compra y mantener al 5% el IVA del gas y la luz durante todo el invierno. Eso mientras en pleno debate de presupuestos clamaba que “todo va mal” y agitaba el fantasma de la recesión.
“La economía española va mal. La inflación va mal. La deuda va mal. El déficit va mal y estos presupuestos sólo garantizan que las cosas van a ir peor. Sus presupuestos hipotecan el presente y el futuro de los españoles para comprar el presente y el futuro de Pedro Sánchez. Son las hipotecas generales del Estado”, afirmaba la secretaria general sin desviarse ni un milímetro del mensaje que ayer quería dejar Génova para neutralizar los efectos del charco Truss y que no les salpique.
No es casual que Madrid haya hecho coincidir la presentación de sus presupuestos regionales -que aún no están cerrados con Vox- con la intervención de la ministra María Jesús Montero en el Congreso defendiendo a machete las cuentas del Gobierno de coalición.
Isabel Díaz Ayuso le ha echado un cable a Feijóo y de paso barre para casa presentando a Madrid como el escaparate de las políticas del PP para hacer frente a la inflación con bajadas de impuestos y contención de la deuda frente al Ejecutivo de Sánchez que hace justo lo contrario.
Desde sus previsiones económicas “prudentes” frente al “cuadro macroeconómico irreal” de Moncloa, la estimación de ingresos “real” frente a la “poco creíble” del Gobierno o el reiterado anuncio de deflactar este año todos los tramos y el mínimo personal y familiar del IRPF frente a un Sánchez que se niega a hacerlo, “lo que supone una subida de impuestos”. Todo empaquetado en su particular decálogo de pecados originales del ‘sanchismo’ y la correspondiente respuesta virtuosa del ‘ayusismo’, lo que permite a la baronesa madrileña volver a su papel de ariete contra el Gobierno y mantener vivo su perfil de alternativa por si falla Feijóo.
“Seguimos bajando los impuestos frente al Gobierno de España que crea nuevos impuestos, como el mal llamado impuesto a la solidaridad. Nóminas congeladas para los altos cargos de la Comunidad frente a un Gobierno que se ha subido el sueldo”. Así todo. A escasos 800 metros que son los que separan Sol de la Carrera de San Jerónimo.
Claro que la ministra de Hacienda no se ha olvidado de Ayuso. “¿Saben ustedes cuánto ha subido la Comunidad de Madrid el gasto? Un 11% con una previsión de crecimiento del 1,8%. Eso ya me contará si no es electoralista”, replicaba María Jesús Montero que no ha dejado pasar ni una conjurada, como todo Moncloa, en desmontar las políticas del PP.