Su nombre oficial es Moby Dada, aunque ha tenido otros antes desde que fue construido en Finlandia en 1981. Sin embargo, pasará a la historia de España como el Hotel Piolín, el lugar donde el Gobierno alojó a parte de los efectivos desplazados a Cataluña en la llamada operación Copérnico, planteada para frenar el referéndum ilegal del 1-O, del que se cumplen ahora cinco años.
En realidad, el Ejecutivo alquiló tres cruceros distintos (el Moby Dada, el Rhapsody francés y el GNV Azzurra, también italiano), que atracaron en los puertos de Barcelona y Tarragona y en los que el Estado gastó 26,5 millones de euros. Sin embargo, la imagen del Moby Dada, rotulado con varios personajes de los Looeny Tunes en sus dos costados, dio la vuelta al mundo. Tanto que los agente trataron de tapar con lonas el dibujo de aquel gran pájaro amarillo que ilustraba la fachada izquierda. Pero ya era tarde.
Cinco años después, el barco ha vuelto a su trabajo habitual de traslado de pasajeros para la naviera que lo opera desde 2016. De hecho, su último trayecto según los registros de su localizador MMSI (un comunicador de posición público que sirve para ordenar el tráfico marítimo) se produjo el pasado mes de septiembre, entre los puertos de Bastia, en Francia, y Génova, donde el crucero permanece atracado desde entonces. En total, el alquiler del barco costó al estado 5,5 millones de euros, de los que 1,4 fueron facturados por los “servicios a bordo”, entre los que se encontraba la comida. El servicio de cátering fue criticado de forma constante por los agentes que participaron en el operativo, que mostraban en las redes sociales algunas imágenes de la comida, cuando menos, poco apetecibles.
Según los registros públicos en Moby Dada fue fabricado en 1981 en Finlandia por la empresa Effoa para después arrancar su trabajo haciendo rutas en Estocolmo. De allí, pasó por varias operadoras hasta pasar a la empresa actual en 2016, un año antes de la operación Copérnico. Los tres barcos llegaron a Cataluña el 20 de septiembre de 2017 y el Moby Dada abandonó finalmente Barcelona el 16 de noviembre, sustituido por el Azzurra que se trasladó desde Tarragona para servir de alojamiento al operativo. Antes, los agentes se quejaron de forma reiterada por el mal estado de sus instalaciones.
Los barcos se marcharon, pero el despliegue de agentes desplazados a Cataluña se mantuvo de forma paulatina al menos hasta el 22 de diciembre, cuando se produjo la vuelta final de los operativos de refuerzo de Policía y Guardia Civil que quedaban en la zona, que en su mayoría pertenecían a unidades de intervención policial.