Otoño caliente en el Gobierno: PSOE y Podemos marcan perfil propio en el inicio del curso

  • Unidas Podemos se reivindica como el partido defensor de los más vulnerables ante el inminente ciclo electoral

  • El Gobierno se ha dividido en el Congreso: el PSOE respaldó de la ampliación de la OTAN, Podemos se abstuvo e IU votó en contra

  • La formación morada ha redoblado su presión sobre los socialistas registrando en la Cámara su ley para topar las hipotecas

El curso político no ha hecho más que empezar pero ya presagia un otoño caliente entre los dos dos socios del Gobierno de coalición, PSOE y Podemos. En estos primeros compases se ha visualizado la brecha abierta que mantienen en la política de Defensa y la OTAN, -una distancia que ya parece asumida por los dos partidos-, y las diferencias sobre las recetas que hay que aplicar para paliar los efectos de la crisis económica provocada por la guerra de Ucrania.

Topar las hipotecas o limitar los precios de los alimentos básicos de la cesta de la compra son medidas que Podemos ha propuesto en solitario, que han generado rechazo en la parte socialista del Gobierno y con las que la formación morada intenta marcar un perfil propio ante un ciclo electoral inminente. El espacio confederal se reivindica como el defensor de las familias más vulnerables en un momento de grandes dificultades económicas, el PSOE como el partido de las clases medias y trabajadoras del país. Cada uno se proclama como el autor de las medidas más sociales.

Sánchez y Díaz, en campaña

Yolanda Díaz, que ha hecho bandera de limitar el precio de los alimentos básicos de la cesta de la compra, busca visibilidad y protagonismo para distanciarse del PSOE. La vicepresidenta sigue con su proceso de escucha 'Sumar' con el objetivo final de armar un proyecto con el que presentarse a las próximas elecciones generales de diciembre de 2023.

Pedro Sánchez, por su parte, está centrado en desplegar la labor de su Ejecutivo con la campaña 'El Gobierno de la Gente'. Los socialistas quieren rearmarse ideológicamente para atajar el desgaste del presidente y reconectar con un electorado desmovilizado y abatido como se vio en las elecciones andaluzas. Sánchez machaca continuamente su mensaje de que el Gobierno trabaja para la mayoría social frente al poder económico y las élites.

Hay varios focos de tensión en activo que pueden agudizarse y multiplicarse porque el escenario no parece que vaya a mejorar. PSOE y Podemos están además en plena negociación de los terceros Presupuestos Generales del Estado de la coalición donde cada partido quiere imprimir su sello.

Los focos de tensión

Topar las hipotecas. Podemos ha desafiado al PSOE esta semana registrando en el Congreso su ley para poner un tope temporal a la subida de las hipotecas de tipo variable para las familias vulnerables después de que el propio presidente se opusiese porque, a su juicio, no lo permite Europa. Es una forma de meter presión a los socialistas. El objetivo es rebajar la cuota mensual en 150 euros. Los morados se quejan de que ya es "costumbre" de que el PSOE les eche en cara que sus propuestas no son legales aunque más tarde se llevan a cabo como el tope al gas.

Cesta de la compra. Yolanda Díaz se aventuró a proponer un tope al precio de los alimentos básicos sin consultarlo con nadie. La vicepresidenta segunda está marcando su terreno de juego y es la que lleva la voz cantante de la iniciativa a pesar de que desde el primer momento la parte socialista del Gobierno mostró sus reticencias. "No es posible legalmente ni deseable", dijo el ministro de Agricultura Luis Planas. La titular de Defensa, Margarita Robles, fue más allá y la acusó de querer "patrimonializar" a los más vulnerables.

La ampliación de la OTAN. El pasado jueves el Gobierno se dividió en la votación del Congreso que dio el visto bueno a la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN. El PSOE votó a favor y Podemos se abstuvo con el argumento de que era la mejor manera de conciliar su tradicional rechazo a la Alianza Atlántica con el respeto a las decisiones de dos países soberanos. Izquierda Unida fue más allá y votó en contra aunque su coordinador federal, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, también decidió abstenerse.

El gasto en Defensa. El compromiso de Sánchez con la OTAN para aumentar hasta el 2% del PIB el gasto militar es ahora mismo uno de los principales escollos en la negociación presupuestaria entre los dos socios. Podemos se opone y exige que no salga perjudicada ninguna partida destinada al gasto social. Es un punto de fricción que Hacienda quiere salvar con el plan especial de Defensa sin tocar el techo de gasto. Una de las soluciones es subir el sueldo a los 120.000 militares y personal del Ministerio de Defensa.

La Ley de Vivienda. Es uno de los proyectos estrella de la legislatura que ahora mismo está atascada en el Congreso por la falta de acuerdo entre PSOE y Podemos. Ya fue objeto de negociación en los anteriores Presupuestos, Podemos puso la regulación del precio de los alquileres como línea roja para aprobar las cuentas en el Consejo de Ministros. Ahora quiere ir más allá y registró una serie de enmiendas a un texto que había pactado hasta las comas con los socialistas. Las dos partes se acusan mutuamente de la paralización.

Indulto a Griñán. Es una patata caliente que el Gobierno tiene encima de la mesa, el posible indulto al expresidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, condenado por el Tribunal Supremo a 6 años de cárcel por prevaricación y malversación por los ERE. Mientras el PSOE surfea sobre el asunto sin mojarse, los morados se han mostrado abiertamente contrarios a conceder la medida de gracia. "El indulto no puede ser utilizado para este tipo de cosas", ha advertido Pablo Echenique.

Munición para el PP

Una imagen de ruido interno dentro del Gobierno que toda la derecha aprovecha para hurgar en la herida de la división. Ese ruido complica la explicación de las medidas sociales del Ejecutivo y es munición para el PP. Desde Feijóo hasta el último de los cargos populares utilizan esas discrepancias para arremeter contra Sánchez y transmitir la idea de que el presidente no controla a todo su gabinete y está ya en una fase de "resistencia".

Feijóo explota el mensaje de la debilidad de Sánchez presidiendo un Gobierno agotado en un momento complejo y alienta el cambio de ciclo tras las próximas elecciones generales.

La última encuesta del CIS, a diferencia del resto, ha dado un respiro al PSOE que vuelve a ocupar la primera posición. Los socialistas obtienen una estimación de voto del 29,2% frente a un 28,5% del PP. Sánchez recupera además el primer puesto en los niveles de confianza de los encuestados. Podemos sigue a la baja y se queda en un 12,8% de los votos.