“¿Cómo explicamos lo de Macarena Olona?”. La pregunta la formula Federico Jiménez Losantos, el periodista de cabecera de la derecha mediática esta misma semana. Santiago Abascal enmudece, coge aire, titubea y sólo alcanza a decir que “no es capaz de explicar muchas cosas” y que Olona ya no está en Vox. Ya es oficial y no porque lo haya contado ella. No ha debido de sentarle nada bien a la que fuera su "soldado" más mediático y que ahora reta a su exjefe.

"Nunca me he ido de Vox por un motivo básico: mi corazón está con cada uno de los votantes de Vox que amamos España", replicaba visiblemente molesta desde su cuenta de Twitter mientras cada vez deja más claro que quiere volver a la política.

El lunes pasado Macarena Olona reapareció en Andalucía junto al exbanquero Mario Conde (abogado del Estado como ella) y todas las alarmas se encendieron en el cuartel general de Vox en la calle Bambú. No tienen ni idea de qué quiere Olona después de dar la espantada alegando problemas de salud de los que parece recuperada en tiempo récord. Tras el fiasco de Andalucía quiso regresar a Madrid pero la dirección de Vox se lo impidió. Terminó mal con los todopoderosos Javier Ortega Smith y Jorge Buxadé -números dos y tres del partido-, y ya es evidente que la relación tampoco es buena con Abascal.

Mario Conde impulsó durante años varias operaciones para intentar saltar a la política a través de organizaciones vinculadas a la sociedad civil con escasa fortuna. De forma descarada Olona le preguntó abiertamente que habría que ofrecerle para que volviera a la política activa. “Ni de coña”, zanjó el exbanquero condenado a 20 años de cárcel por el caso Banesto. Y eso preocupa en Vox. "Están desnortados. Acojonados con ella porque no tienen ni idea de cuáles son sus planes. Están flipados porque es imposible intentar comprender a Macarena Olona con parámetros normales", cuenta a NIUS un diputado que conoce muy bien a Olona.

Desde Vox trasladan que no creen que esté pensando en fundar un nuevo partido, aunque tampoco descartan que pudiera sumarse a alguna iniciativa en este sentido. "Nosotros estamos tranquilos. No creo que Macarena esté en eso. Que haya otra gente planteando otra alternativa política es posible. Pero sólo tendría cabida si Vox traicionara sus principios y eso no va a pasar", señalaba el propio Abascal esta semana.

Macarena Olona deja claro que quiere volver a la arena política y ayer retaba a Santiago Abascal a reunirse con ella. "Llamaré a Santi Abascal y le solicitaré una reunión con un sólo motivo: preguntarle si caminamos juntos por un mejor futuro de Andalucía y del resto de España", decía desafiante antes de coger un vuelo a Iberoamérica. Aunque el líder de Vox asegura sin mucha convicción que "tiene las puertas abiertas" pocos son los que apuestan por su vuelta. De hacerlo, ella quiere que sea por la puerta grande e integrarse en la dirección del partido.

En el seno de Vox hay lío. Existe un grupo 'pro Macarena' -fundamentalmente cuadros que han trabajado más estrechamente con ella y sobre todo una buena parte de sus votantes- que reclaman su regreso. Pero sus enfrentamientos con Ortega Smith y con Buxadé, y su pulso con Abascal podrían haberle cerrado esa puerta. Ortega Smith se esfuerza en vender "unidad total" aunque también reconoce que no se habla con Olona.

Es muy elocuente que tras el 'escrache' en la Universidad de Granada Olona no haya recibido ningún mensaje de aliento de sus excolegas salvo el de su compañero de escaño, Iván Espinosa de los Monteros. En cambio sí se han solidarizado con ella destacados dirigentes del PP y de Ciudadanos como Juanma Moreno o Inés Arrimadas, mientras contemplan con el bol de palomitas el espectáculo.

Si en sus planes no está fundar un nuevo partido ni tiene fácil lo de volver a Vox, pero a la vez no para de acaparar el foco mediático ya sea peregrinando a Santiago con una legión de acólitos, posando con Mario Conde, o saliendo escoltada por la policía en una bronca gira por universidades españolas, entonces la tercera pregunta es obvia: ¿qué busca Olona?

"Lo único que quiere es encontrar un marco, no perder el foco y figurar y lo flipante es que lo está consiguiendo ella sola sin tener detrás un partido o una marca. El partido de Macarena se llama Macarena", asegura alguien que la conoce muy bien desde los tiempos como abogada del Estado. De hecho en el cuerpo de abogados del Estado se daba por hecho que volvería con ellos -así lo anunció en su carta de despedida- y se cruzaban apuestas sobre el despacho por el que ficharía. "Lo normal es que hubiera vuelto a la abogacía del Estado, buscar un destino discreto o un despacho de abogados potente y tirar de agenda- Pero ella es imprevisible y funciona por impulsos", asegura esa misma fuente. Pero parece que eso no va a pasar.

El CIS de septiembre publicado esta semana refleja que Vox sigue cayendo con un 10,3 en estimación de voto y se coloca en su mínimo desde 2019. En su mejor momento (en plena crisis del PP) los de Abascal rozaban el 20% y los 70 escaños. Esta semana encuestadoras privadas les sitúan entre los 38-40 escaños de GAD3 o los 46 de Sigma Dos tras el fiasco de las elecciones andaluzas y la incertidumbre que provoca el primer choque de trenes entre sus pesos pesados Abascal y Olona.

La dirección de Vox se queda con que están consolidados en las cifras que consiguieron en las generales del 10N cuando se alzaron con unos históricos 52 escaños. Eso sí, se quejan de que no consiguen colar en los medios ninguno de sus mensajes en un año electoral clave. Sólo interesa y sólo les preguntan por Macarena Olona mientras ella sigue acaparando los focos.