Europa no tiene, hoy por hoy, los recursos energéticos necesarios, y es excesivamente dependiente de terceros países. Algo que, a la vista está, pone en riesgo su liderazgo económico como bloque. Por eso, cada vez surgen más voces que abogan por impulsar otras vías para producir energía.
Las grandes compañías energéticas han pedido que se deje de lado la ideología a la hora de diseñar la transición energética y piden que no se digan mentiras sobre sus beneficios. Contra el alto precio del gas, el sector propone investigar nuevas formas de extracción: "Hay gas en Álava, hay gas en Burgos. Los consumidores están pagando brutalmente por el gas. Y el gas en España no se deja que se produzca", has señalado Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol.
El Gobierno de Aragón también estudia como introducir el controvertido 'fracking'. "Hemos pedido la modificación de la ley del cambio climático para que se abra la posibilidad", ha comentado al respecto Arturo Aliaga, vicepresidente del Ejecutivo regional. Pero tanto España como Bruselas prohiben la utilización del 'fracking' por su impacto medioambiental.
Por su parte, el Gobierno aclara que las energías renovables serán la salida a la crisis del gas. "La solución pasa precisamente por acelerar y agilizar esa transición energética en la que ya estábamos embarcados", ha precisado en este sentido la ministra Teresa Ribera. La alternativa que proponen las empresas son los combustibles sintéticos y el hidrógeno verde.