Ha tardado cuatro días, pero Pedro Sánchez ha acabado por aceptar el reto que Alberto Núñez Feijóo le lanzaba este fin de semana desde Galicia. El presidente del Gobierno y el del PP, que no tiene escaño en el Congreso, debatirán en la otra cámara, el Senado la próxima semana. Una oportunidad para tener un cuerpo a cuerpo con que desmontar los argumentos del contrario a las puertas de un año electoral, primero con comicios municipales y después con elecciones generales.
Para el presidente del Gobierno es la oportunidad de desactivar el efecto Feijóo que ha disparado al PP en las encuestas. Sánchez llegará con el gol marcado en su última visita a la todopoderosa Alemania, cuyo presidente, el también socialdemócrata Olaf Scholz, se ha puesto de su parte para potenciar el papel de España como potencia regasificadora europea. Juntos, han hecho replantearse a otra pieza clave en la Unión, Francia, la posibilidad de que el gas de la Península Ibérica, transite por territorio galo, así que eso da margen al presidente del Gobierno para defender su gestión. Y de ahí la elección de la energía como tema central del debate.
Feijóo fue el que propuso el debate durante la apertura del curso en Galicia, en la Carballeira de San Xusto, en la localidad pontevedresa de Cercedo-Cotobade. Desde allí reclamó un cara a cara sobre las "enormes dificultades" que ha generado la "desbocada inflación" y reclamó a Sánchez una comparecencia de ambos en el Senado, donde tiene su escaño, para hablar, reflexionar y entenderse.
Cuatro días después, este martes, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, ha anunciado la comparecencia de Sánchez, la próxima semana y a petición propia, para hablar del plan de ahorro y gestión energética.
Lejos de celebrar que su petición sea aceptada, los populares han reaccionando pidiendo que no se limite el debate a la energía, quizás porque es un terreno donde no se ha visto muy cómodo a su presidente, que ha hablado de alternativas como el carbón o la energía nuclear, que incluso Francia se plantea retirar, pese a ser su principal fuente.
Feijóo parece buscar lo que no pudo tener en julio por no ser diputado: un debate del Estado de la Nación. En el que se celebró, con la secretaria general del PP defendiendo la postura del partido, volvió a temas tradicionales del PP: como Bildu o ETA, un tanto alejados del asunto que están marcando rotundamente la actualidad: la crisis energética.
Y lo cierto es que, en ese terreno, se encontrará con un Sánchez que ha sido reforzado en Europa, donde algunos países empiezan a ver con buenos ojos medidas y soluciones planteadas por el presidente español.
Es en ese asunto donde Sánchez puede presumir de haber propuesto medidas como la de desacoplar el precio del gas en Europa. En marzo, cuando lo llevó al Consejo Europeo no convenció a sus socios, aunque sí consiguió que los socios permitieran a España y Portugal limitar sus precios a la energía en lo que se llamó "Excepción Ibérica". Sin embargo, hay países que ahora quieren seguir ese camino.
"Me voy a airear un poco", dijo Pedro Sánchez durante el Consejo Europeo de marzo en un claro enfado que obligó a detener la reunión porque no conseguía un acuerdo que limitara los precios de forma suficiente. Primero Antonio Costa y él Consiguieron esa "Excepción Ibérica" y ahora, los ministros de Energía europeos hablarán de ese asunto en la reunión que tienen el 9 de septiembre.
El primer ministro checo, Peter Fiala, adelantaba que "se ha llegado a un consenso sobre la necesidad de meter los precios en la arquitectura de la energía en la UE", admitiendo que una solución común -como proponía Sánchez- es la mejor de todas. Lo decía después de reunirse con el canciller alemán, últimamente el gran aliado de Sánchez.
A esa reunión de ministros de Energía acudirán representantes de Gobiernos que ya se están sumando a la idea. En Alemania se plantean un desacople a medio plazo; Bélgica también reclama un límite al precio del gas y que sea por un acuerdo de los 27. Otros, como Austria, siguen oponiéndose y lo tachan de "locura".
Feijóo -además- tiene un discurso complicado en el tema estrella del verano: las medidas de ahorro energético aprobadas por el Gobierno y que están siendo el punto de apoyo de la defensa de la gestión de Moncloa en casi todas las comparecencias del Ejecutivo. El problema es que las ha rechazado tajantemente, pese a haber reclamado medidas similares (incluidos los límites a la temperatura) unos días antes de que Sánchez las anunciara.
El Gobierno insiste en que son "razonables" y "solidarias" con los socios que tantas veces han ayudado a España; y a eso se añade que las medidas supusieron, en su primera semana, una disminución del 3,7% en gasto de energía según los datos del Gobierno.
También en esto Alemania ha seguido la senda española, aprobando un paquete similar; Francia ha aprobado, por ejemplo, el cierre obligatorio de puertas en los comercios; Grecia ha puesto un límite máximo de 27ºC a los termostatos y Bélgica ha puesto en marcha un pan de ayudas.
Pero Feijóo se ha puesto en contra desde el principio. Cierto que los populares reconocieron que algunas de las medidas tenían sentido, como los abonos transporte o las becas a estudiantes, pero reprocharon al Gobierno que las aprobara por decreto, que lo hiciera sin diálogo y no admitieron que los límites a las temperaturas sí les habían gustado antes.
La más beligerante, una vez más, fue la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Que salió a degüello tras el anuncio y que mantiene que lo llevará al Tribunal Constitucional, aunque de momento, no lo ha hecho. Y no sólo eso, Madrid aumentará hasta un 50% los abonos que el Gobierno rebaja un 20%.
Por su parte, Génova no llegó al "Madrid no se apaga" de Ayuso. Quizás para no desautorizarla claramente y de paso no dejar de hacer oposición, pero no anunció recurso en tribunales y lo que hizo fue dejar en manos de las comunidades autónomas la decisión de recurrir o no.
Eso sí, al llegar al Congreso, el PP votó no en bloque. Sánchez le reprochará ese no y su rechazo a todas las propuestas del Gobierno, aunque lo cierto es que ese mismo día el PP votó a favor de otras dos iniciativas: la reforma del sistema de cotización de Autónomos y las medidas para prevenir los incendios.
Así -con toda probabilidad- y pese a que la comparecencia sea sobre energía, se colarán otros temas, como el bloqueo del Consejo del Poder Judicial o la tendencia de Sánchez a apoyarse en Bildu, que es uno de los temas que más saca a colación el presidente del PP.