Desde hace algunos años, la sociedad se ha vuelto más extensa, más compleja y más diversa. La ley trans ha desvelado conceptos que solo manejaban especialistas y cada vez más se discute de sexo, de género con polémica incluida. Los conceptos, en ocasiones, nos arrollan y muchas veces no nos enteramos de qué y de quiénes se hablan. Para ello, hemos pedido ayuda al psicólogo Octavio Liñán, especialista en Psicología General Sanitaria para aclarar algunos de estas palabras, que escuchamos en muchos de los debates y tertulias , sus definiciones y diferencias.
El género es uno de esos conceptos que a menudo confundimos con el sexo, aunque son bien distintos y para explicarlo, este especialista nos habla del 'Yo', que diferencia a los seres humanos de los animales, menos desarrollados; "los grandes primates, los elefantes y los delfines también tienen un 'Yo', aunque menos evolucionado, porque su lenguaje no es como el nuestro.
"Los niños y niñas, de dos o tres años, empiezan a cotejarse con el mundo y se reconocen como persona con una identidad que implica pertenecer a un sexo y a un género", explica Liñán del Instituto de Sexología de Madrid, a sabiendas de que se mete en medio del debate que enfrenta a las feministas, los psicólogos y los transexuales. "El género sería "cómo uno se siente" independientemente de su sexo."
El sexo es una condición biológica que se nos asigna cuando nacemos y viene determinado por nuestros genitales y con nuestros cromosomas, aunque "esto no siempre esto coincide": sexo masculino o femenino, niño/hombre o niña/mujer. "Cuando una persona al nacer tiene pene y testículos se le considera varón y si tiene vagina, hembra". Esto no quiere que la persona se sienta cómo tal, que sería el género".
Personas cisgénero: Son las personas cuyo sexo biológico coincide con su identidad de género, que serían también binarias. "Son la personas que consideramos nuestra identidad sexual acorde con nuestros genitales".
Transgénero: Las personas que sienten que su género (cómo la sociedad espera que se comporten) no coincide con su sexo. "Hombres que nacieron con vagina y mujeres que nacieron con pene y esto se desarrolla entre los dos y tres años".
El género se considera una construcción social: serían todas las ideas, expectativas y características que la sociedad asigna a cada sexo de forma generalizada.
La disforia es un sufrimiento inducido por la imposición social de estereotipos sexistas, que conduce al rechazo hacia el propio cuerpo sexuado.
Están también "las personas de género no binario, los intersexuales o lo que antiguamente llamaban los hermafroditas, que son personas XY que pueden tener genitales femeninos o personas XX con genitales masculinos o una mezcla entre ambos. Estos deciden con qué apariencia viven en la sociedad.
También hay personas que no se reconocen o identifican en esta dualidad de opciones, hombre o mujer, y se definen según el género no binario , sin género definido, que no "siempre coincide con la transexualidad" .
En el caso de la transexual: La persona no se siente identificada con sus genitales ni con su cuerpo. Su búsqueda es entrar en consonancia. El término transexual era como se usaba antiguamente.
"La identidad humana es muy compleja como para reducirlo a sota caballo rey, asegura este especialista, que defiende todas estas categorías, a pesar de lo extenso, porque con el tema del género y la identidad sexual se conseguirá con el tiempo y una vez que nos habituemos a las distintas nomenclaturas lo consideraremos más natural".
La identidad de género y la orientación sexual no tienen nada que ver. La orientación sexual es "qué me gusta" , "de quién me enamoro". Se desarrolla a partir de los 12 o 13 años con el despertar sexual de la persona, explica Octavio Liñán.
Homosexual: Atracción por el mismo sexo, ya sea hombre o mujer
Heterosexual; Atracción por persona diferente a su sexo
Bisexual: Atracción por uno u otro sexo
Pansexual: Se sienten atraída por una persona independientemente del género o la apariencia física
Para este sexólogo las palizas, los insultos y agresiones que han aumentado contra las personas transexuales procede del "componente cultural y educacional" por el que ya transitaron "los homosexuales en los años 80". Las personas transexuales son más visibles, están entre nosotros y su presencia molesta a otros que se sienten agredidos, "sobre todo con la transexualidad femenina", a causa de "una mezcla de machismo y rechazo al que es diferente" al considerar que "un hombre ha perdido todo lo que lo hacía hombre y poderoso y vamos a castigarlo".
Detrás de ese rechazo también están nuestros miedos: "a lo desconocido, a que nos quiten la posición ventajosa en la sociedad, a que nos quiten nuestros valores tradicionales, a que el mundo deje de ser como lo conocemos, a que un familiar sea así o incluso a uno mismo".
La transexualidad ya no se reconoce como una enfermedad por las entidades médicas, sino como "un problema adaptivo", que es la llamada disforia de género, "un malestar que siente alguien con su sexo asignado que no se corresponde con su género".
Este diagnóstico servía con la ley de 2017 para comenzar la transición, un periodo que comenzaba con el psicólogo, el endocrino con los inhibidores, un tratamiento que duraba dos años y cambiar de género en el DNI; todo esto después de los 16 años. La autodeterminación de sexo, con la nueva ley de la transexualidad, sería más sencillo y menos extenso en el tiempo. "A lo largo del proceso de transición con las hormonas o la reasignación de género no todas las personas trans están a favor, pero llevar la apariencia que desean o tener reconocido en el DNI como la identidad que sienten "ya les lleva una vida social más integrada".