Emoción, alivio, satisfación... es lo que se ha vivido hoy en el Congreso de los Diputado después de que se haya aprobado por unanimidad el convenio de las empleadas del hogar. El texto recogerá una serie de derechos para estas trabajadoras, que llevaban años peleando por conseguir mejores condiciones laborales.
Tras la luz verde en el Congreso, varias trabajadoras domésticas se han puesto en pie desde la tribuna de invitados, con la cámara entera aplaudiéndolas. Aplausos a los que se han unido algunos dirigentes, como Yolanda Díaz, quien también ha querido celebrar lo conseguido con esta reivindicación histórica.
Las empleadas del hogar dan un paso hacia delante en la conquista de sus derechos. Es el caso de Teresa, quien cuida a dos ancianas con Alzheimer desde hace un año. Aunque esta contratada legalmente, si la despidieran no tendría derecho al paro. Ella exige sus derechos.
Un caso parecido el de Noemí, quien lleva treinta años trabajando para una misma familia y clama por sus derechos, aquellos por los que llevan años peleando y que históricamente se le han negado. Las empleadas del hogar viven en una discriminación laboral pero, hoy, el Congreso las ha igualado con el resto de trabajadores.
Estas mujeres llevan diez años persiguiendo su objetivo, aunque afirman que la batalla continuará, porque aún hay aspectos por los que pelear, como el número de horas de trabajo: "40 horas a la semana es lo que tienen el resto de los trabajadores y aqui se permiten 60", reivindica Gloria Ureta, de la Asociación de Empleadas del Hogar de Vizcaya.
En nuestro país, hay 400.000 empleadas del hogar que verán como mejoran sus condiciones de laborales y de vida, aunque quedarán otras 200.000 que no podrán beneficiarse por seguir trabajando en negro, alimentando la economía sumergida, es decir sin contrato, con una situación totalmente irregular y sin ningún tipo de derechos.