Ángela tuvo una caída hace dos meses y cuenta a NIUS por teléfono que "está que no se puede mover". Su marido José "tampoco está para muchos trotes", según ella, que nos explica que le han operado de un tumor. Los dos han votado ya, por correo, en Salamanca. Con 23 habitantes, es una de las 1.409 entidades locales menores que este domingo no tendrán urnas y que podrán usar los autobuses que la Junta ha puesto como alternativa para ir a votar.
La situación no es nueva. Los habitantes de muchos de esos municipios, los más pequeños, tienen que desplazarse en cada cita electoral. En otros, unos 300, sólo tienen que hacerlo cuando las elecciones no son municipales, porque si lo son, sí se disponen mesas para elegir a los alcaldes pedáneos. El caso es que esta es la primera vez que las municipales no coinciden con las autonómicas en Castilla y León, así que es una novedad en unos comicios regionales para unas 300 entidades menores.
Ángela y José son de los que siempre se han tenido que desplazar. Ella nos explica que las "cinco o seis" familias que quedan en esta pedanía, se tienen que desplazar a Castillejo de Martín Viejo cada vez que hay unas elecciones.
Esta es la segunda vez que José y Ángela votan por correo. Antes, iban en coche aunque algunos de sus vecinos optaban por los autobuses que la Junta pone a su disposición para que se desplacen a la cabecera. Lo que sí tienen claro es que "hay que votar, porque si toda la gente se quedara en casa..."
En Pedrosa de Tobalina, en Burgos, Charo y su marido están en las mismas. No habrá urna en su pueblo, de 100 habitantes, pero en su caso irán en coche. Ella tiene 72 años y él 84. Charo nos cuenta por teléfono, que irán hasta Quintana Martín Galíndez, a ocho kilómetros, pero que no usarán el autobús.
Están más que acostumbrados a moverse para casi todo, y eso que en Pedrosa queda un bar, tienen servicio médico una vez a la semana, y hay autobuses que les conectan con localidades más grandes, aunque "no vendría mal alguno más".
"Al final se parece un poco a la vida en Madrid, donde hay que usar el metro para todo", dice Charo entre risas en su breve charla con este periódico. También hemos hablado con con Alejandra, que contesta desde Valdespina, en Palencia, y que el domingo irá en coche con su madre hasta Amusco para votar.
Alejandra tiene 20 años y es la segunda vez que vota. La anterior, en las generales del 10 de noviembre de 2019 también tuvo que desplazarse, porque no había comicios municipales y por tanto no había urnas en Valdespina, de unos 95 habitantes censados, aunque ahora, en invierno, serán unos 40, según nos cuenta Alejandra.
Esta joven estudia un grado medio de farmacia y parafarmacia en Palencia, así que cada día se desplaza a la capital de su provincia, que está a 20 kilómetros. Lo cierto es que, como a Charo y a Ángela, lo de viajar para votar no le parece un gran problema. Lo que sí le genera más dudas es "a quién votar, porque tal y como están las cosas, no le convence ninguna de las opciones que hay ahora mismo".
"Los autobuses -añade- los usa la gente mayor que no tiene quien la lleve a votar".
Lo mismo dice Carlos, alcalde pedáneo de Pinillos de Esgueva, en Burgos, cuyos habitantes tienen que desplazarse a Sotillo de la Ribera. Para Carlos, miembro de un partido independiente, los problemas graves de la España vaciada son otros, como que la doctora que se desplaza a su localidad no pueda expedir recetas médicas, porque eso se tiene que hacer en Sotillo debido a una cuestión administrativa.
Casi todas las personas mayores tienen a alguien que les lleve, según asegura "el autobús está bien, pero sólo lo usarán entre media y una docena de personas. No hay problema para mantener la distancia de seguridad por el Covid porque si quieren pueden sentarse uno en cada esquina".
La situación se repite en Puentedey, el último pueblo que ha entrado en la lista de los más bonitos de España, y cuyos vecinos se tendrán de desplazar a Pedrosa de Valdeporres. En esta localidad burgalesa de unos 50 habitantes, damos con Miguel Ángel Alonso, que entiende esta situación como un paso más hacia la "anulación" de los pueblos pequeños.
Nos cuenta que su madre ya ha votado por correo, porque las esperas en el lugar de votación pueden ser de más de una hora: "He visto alguna vez, en las generales, como nadie quiere ir en autobús, a veces van tres. Esto repercute en la participación, no sé a quién beneficiará", plantea. Nos cuenta que en las municipales, ha habido veces en las que la participación ha sido del 95% y está seguro de que ahora no va a ser así: "Nos dificultan el derecho a voto, lo que nos faltaba", asevera.
A todo esto se suma que el domingo no va a hacer buen tiempo y que en Pedrosa de Valdetorres "no puedes ni tomarte un café si vas temprano, no tienes una tienda, ni nada que ver". En Puentedey sí se ponen urnas en las municipales, así que son las primeras autonómicas en las que no habrá mesa electoral.
Para Miguel Ángel, es una vuelta de tuerca más a los pueblos pequeños que cada vez tienen menos servicios. Esto se suma a no tener escuela, que el médico venga sólo cuando se juntan varios enfermos y demás: "¿Qué más nos quieren quitar?", se plantea.
Son gratuitos, lógicamente, y ya se han señalado las horas y el lugar de recogida en cada núcleo de población. En algunos casos, el autobús va parando por pueblos hasta llegar al ayuntamiento principal y en otros va directamente.
Por ejemplo, los vecinos de Alejandra, en Valdespina, tienen marcada la recogida a las diez de la mañana del domingo. Se calcula que votarán en media hora y que a las diez y media el autobús saldrá de Amusco, de vuelta a Valdespina.
Según cuenta Miguel Ángel, algunos de esos autobuses aprovechan el rato de la votación para ir a recoger a los vecinos de otra población, en esos casos, la espera se alarga más.
Hasta ahora, en Castilla y León, siempre habían coincidido las elecciones autonómicas con las municipales, pero esta vez no, porque se adelantaron.
Al no haber elecciones municipales, no se vota a alcaldes pedáneos, y no se disponen urnas en esos núcleos. Esto ya pasó, por ejemplo, en las últimas generales, en las segundas de 2019. También en otras citas como elecciones europeas.
La disposición de las urnas depende del Instituto Nacional de Estadística, que alberga el censo electoral. Si el ayuntamiento ha solicitado que haya urna, el domingo, la habrá.
Habrá 304 mesas menos que en las autonómicas del 26 de mayo de 2019. En aquella ocasión hubo 4.837 mesas repartidas por los 2.248 municipios de la comunidad autónoma. En esta ocasión, serán 4.533. La clave, es que
En aquella ocasión, las elecciones fueron sólo generales, así que esta situación ya se dio, no hubo elecciones municipales. En aquel momento, se dispusieron 4.542 mesas electorales. El domingo habrá 4.533, es decir nueve mesas menos que en las últimas generales, sin autonómicas.
La palma se la lleva Burgos, frente a Valladolid, que es la que menos entidades locales tiene. Esta es la cifra de poblaciones, por provincia, por donde pasarán los autobuses este 13F:
Héctor Palencia, director de Administración Local de la Junta de Castilla y León explica que ellos no deciden sobre las mesas electorales porque la Oficina del Censo Electoral depende del INE, tal y como establece la Ley del Régimen Electoral: "El estado, a través de la Oficina del Censo Electoral distribuye el reparto de mesas".
En los núcleos sin ayuntamiento propio, que tengan entre 200 y 500 habitantes, pueden solicitar una mesa al Gobierno. En esta ocasión, los plazos han quedado marcados por el adelanto electoral, decidido en plena Navidad.
Los ayuntamientos tuvieron la posibilidad de reclamar urnas hasta el 2 de enero y a la Junta Electoral, hasta el día 7, un día después de Reyes. Finalmente hablamos de nueve mesas menos que en las últimas municipales.
Héctor Palencia cree que hay poca sensibilidad con las singularidades de Castilla y León una comunidad, donde con poca población, envejecida y muy repartida en pequeños núcleos rurales por donde el domingo distintos autobuses harán parada para recoger electores.