Las elecciones autonómicas en Galicia y País Vasco han seguido una trayectoria única en la historia política de España, particularmente desde 2009. Aunque estos dos territorios tienen un rico historial autonómico, no fue hasta el año 2009 que sus elecciones comenzaron a coincidir en fecha, una sincronización que surgió de decisiones políticas más que de una tradición histórica.
Galicia y País Vasco, junto con Cataluña y Andalucía, fueron algunas de las primeras comunidades en obtener sus estatutos de autonomía tras el régimen de Franco, un hito que marcó el comienzo de su autogobierno. Las primeras elecciones autonómicas en el País Vasco se celebraron en 1980, seguidas por las de Galicia en 1981. Estos procesos sentaron las bases de la autonomía política y administrativa que disfrutan estas regiones hoy en día.
Hasta 2009, las elecciones en Galicia y País Vasco se celebraban en fechas diferentes. Sin embargo, en ese año, los líderes políticos de ambas comunidades tomaron decisiones estratégicas que resultaron en la coincidencia de sus elecciones autonómicas. Emilio Pérez Touriño, entonces presidente de Galicia, decidió adelantar las elecciones para evitar que coincidieran con las elecciones europeas, buscando enfocar la atención en los asuntos autonómicos.
Conociendo esta decisión, Juan José Ibarretxe, lehendakari del País Vasco en aquel entonces, estableció la misma fecha para las elecciones en su comunidad. Esta sincronización fue una estrategia política, buscando limitar la influencia de los líderes nacionales de los grandes partidos en las campañas electorales de ambas regiones.
Los resultados de ambas elecciones supusieron un giro político importante en ambas comunidades. En Galicia, el Partido Popular (PP) recuperaba la Xunta tras una legislatura liderada por una coalición de partidos de izquierda, mientras que en el País Vasco se formaba un gobierno liderado por el Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE) con el apoyo del PP, desplazando al Partido Nacionalista Vasco (PNV) del poder. Un cambio político que sentó precedente para posteriores convocatorias electorales.
Desde ese año 2009, las elecciones en Galicia y País Vasco han coincidido en repetidas ocasiones. Esta coincidencia no es obligatoria ni responde a una tradición, sino que es el resultado de decisiones políticas y estratégicas de los líderes de ambas comunidades. La elección de fechas ha tenido implicaciones políticas significativas, afectando tanto las campañas electorales como la participación de los partidos y las estrategias políticas. Aunque la coincidencia no ha sido constante, ha generado un precedente interesante en la política autonómica española.
Este fenómeno subraya la autonomía que tienen las comunidades autónomas en España para determinar las fechas de sus elecciones. A diferencia de otras regiones que siguen un calendario electoral más uniforme, Galicia y País Vasco han demostrado que pueden tomar decisiones independientes que responden a sus propias dinámicas políticas y necesidades.
Este nivel de autonomía es un reflejo de la diversidad política y administrativa que caracteriza a España desde la transición a la democracia. Galicia y el País Vasco comparten la particularidad de tener una fuerte identidad regional, con lenguas y culturas propias. Esta identidad puede influir en la forma en que se perciben y se llevan a cabo las elecciones, y en cómo los partidos políticos formulan sus estrategias de campaña.
La coincidencia en las fechas de las elecciones de Galicia y País Vasco desde 2009 es un caso interesante de estudio político. Refleja cómo decisiones estratégicas pueden influir en el panorama político, y cómo regiones con historias y contextos distintos pueden encontrar puntos de convergencia. Más allá de las implicaciones prácticas, este fenómeno pone de manifiesto la complejidad y la riqueza de la democracia española en su conjunto, destacando la importancia de la autonomía regional en el contexto de un Estado descentralizado.