El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, se presenta a las elecciones catalanas para "acabar el trabajo" de la independencia y lograr su "restitución" en la presidencia, después de ser destituido en 2017 por el artículo 155 de la Constitución.
Este cese le llevó al exilio hace siete años y ahora, con la ley de amnistía, prevé regresar para el día de la investidura, sea o no candidato a la presidencia. Aunque en el caso de no ser el ganador, asegura que dejará la política. Una actividad con la que dejó atrás el mundo del periodismo, que ejerció durante tres décadas, para ocupar en 2002 su primer cargo político como director de la Casa de la Cultura de Girona.
Puigdemont pasó a la acción en 2006 como candidato a las elecciones del Parlament de Cataluña por Convergència i Unió (CiU), por la circunscripción de Girona. Fue elegido diputado y al año siguiente se presentó sin éxito como candidato a la alcaldía de Girona. Un cargo que no ostentó hasta la siguiente legislatura, acabando en las urnas con la hegemonía de 32 años del PSC.
Así empezó su periplo como alcalde, en el que cuatro años más tarde logró revalidar un puesto que le llevó a ser el número tres en la lista de Junts Pel Sí por Girona en las elecciones catalanas de 2015. Un ascenso meteórico que culminaría un año después tras acceder al cargo de presidente de la Generalitat, al ser investido como solución de compromiso con la CUP, formación independentista que impidió una nueva investidura de Artur Mas.
Puigdemont pasó de la alcaldía de Girona a convertirse en el 130 presidente de la Generalitat, la más alta representación institucional catalana. Un cargo que ocupó hasta 2017, año en el que convocó el 1 de octubre un referéndum declarado ilegal por el Tribunal Constitucional.
Los resultados llevaron a las instituciones a aprobar las leyes de desconexión y la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). La reacción del Gobierno de Mariano Rajoy, con el apoyo del PSOE en el Senado, fue aplicar el artículo 155 de la Constitución, lo que suspendía de forma temporal la autonomía catalana, pasando el control de sus instituciones a manos del Ejecutivo central.
Como consecuencia de la DUI, la Justicia española abrió un proceso penal al que fue citado Carles Puigdemont, quien por miedo a ser detenido huyó el 30 de octubre rumbo a Bruselas en un viaje clandestino. Ese mismo día, la Fiscalía General del Estado se querelló contra él y su Govern por rebelión, sedición y malversación.
Durante los últimos años, Puigdemont ha continuado su actividad política y fue elegido eurodiputado en 2019, además de trabajar en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas (Bélgica). En este tiempo, Puigdemont ha sufrido varias detenciones. Fue el caso de una de sus giras en Alemania , al amparo de una de las euroórdenes de detención que estaban activas contra él tras fugarse de España.
Un incidente en 2018, en el que estuvo cuatro meses en libertad, pero retenido en el país hasta que el 28 de julio pudo regresar a Bruselas gracias al Tribunal Superior de Scheswig-Holstein, que resolvió a su favor la euroorden dictada por el Tribunal Supremo español contra él.
Meses más tarde, a finales de septiembre de 2021, Puigdemont volvió a ser detenido en otra de sus salidas a Cerdeña, en ejecución de una euroorden de detención emitida contra él, también por el Tribunal Supremo español.
El Tribunal de Apelación de Sassari, en Cerdeña, acordó suspender el proceso de extradición del expresidente de Cataluña, tal y como había solicitado la Fiscalía, argumentando que se debía esperar a la cuestión prejudicial y al procedimiento de inmunidad pendiente en el Tribunal General de la Unión Europea.
A lo largo de estos nueve años, la “Casa de la República” de Waterloo ha sido el escenario de una amplia agenda de contactos políticos especialmente en relación con la actualidad catalana, pero también española. Entre las visitas que ha recibido Puigdemont en Bruselas, destacan la de los principales miembros de la cúpula de su formación política Junts per Catalunya, así como representantes de la vida social y cultura de Cataluña como el prior de Montserrat, Bernat Juliol o expresidentes como Artur Mas o Quim Torra.
También ha sido un punto nuclear en las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno tras las elecciones generales del 23 de julio de 2023. En ese momento, los siete votos de Junts eran fundamentales para que el Congreso eligiese al candidato socialista o al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.
Ahora, su retorno a Cataluña está al caer con los comicios electorales del próximo 12 de mayo, donde Junts pretende convertirse en la fuerza más votada, aunque el actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ya le ha recordado que ERC superó a Junts en 2021. En aquellos comicios, Puigdmeont concurrió como número uno de forma simbólica, al contar con la orden de detención en España, por lo que la candidata efectiva en su lugar fue la actual presidenta de la formación, Laura Borràs.
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