Yakutsk, sobrevivir a 50 grados bajo cero: diez curiosidades de la ciudad más fría del mundo
Cristina Abel Núñez
14/01/201809:14 h.El aire corta la respiración
Dicen los pocos que se han atrevido visitar este recóndita población siberiana que el aire hiela todo lo que queda expuesto. La piel es la primera en notar el helador frío, se adormece y el peligro de congelación es constante.
En poco más de 30 minutos aparecen los sabañones y si no vas bien abrigado puedes morir congelado en una hora. La humedad de las fosas nasales y de los ojos se congelan, por ese motivo es normal ver a sus habitantes con las pestañas y las cejas con una fina capa de nieve.
Los yacutianos advierten: no uses gafas en la calle
Los propios nativos recomiendan a los forasteros que no hagan uso de gafas al aire libre, sobre todo, si su montura es de metal porque terminarán pegadas a tu cara y al quitártelas arrancarán epidermis provocando heridas indeseables, que también sufrirán el proceso de congelación. Cuidado con tocar nada con tus manos a una superficie helada, te quedarás pegado.
Abrigos y sombreros de piel
A la ropa térmica, los anoraks y los guantes deberás añadirle un buen abrigo de piel (reno) y sombreros de zorro ártico. En esta rica región, donde abundan los diamantes – son uno de los mayores productores del mundo –, el oro y el petróleo, no se andan con miramientos animalistas a la hora de protegerse de las temperaturas glaciares y, aunque sean prendas caras, invierten en un buen fondo de armario invernal.
Botas de reno para el permafrots
El suelo de Yakutsk está permanentemente congelado, permafrost, por lo que es necesario transitar por sus calles con el mejor calzado: botas de piel de reno. Hasta las azafatas de los vuelos que recalan en sus dos aeropuertos (Magan y Yakutsk) se enfundan los cueros cuando la nave está a punto de tomar tierra.
Olvídate de la nevera
En los mercados al aire libre, es normal ver puestos ambulantes con piezas de carne y pescado exhibidos como la fruta, la climatología permite que los alimentos se mantengan frescos sin ningún tipo de refrigerio. Los yakutos suelen guardar las viandas en los recibidores de sus casas, donde no hay calefacción.
Su dieta está basada principalmente en la carne de reno, de vaca y de caballo – sabrosa y llena de proteínas – y en el pescado crudo congelado. La bebida alcohólica por excelencia es el vodka, uno de los remedios autóctonos para entrar en calor.
Coches, encendidos 24 horas
Cuando el termómetro baja de los 40 grados, la gasolina se congela, así que en Yakutia apagar el motor una vez que has arrancado es una temeridad. Los vehículos llevan doble acristalamiento y cuentan con un sistema que los mantiene encendidos 24 horas, al igual que los autobuses de línea.
No hay tren (es una de las infraestructuras pendientes de construcción) y mucha gente se traslada en trineos de renos, sobre todo en las zonas rurales. Los que optan por hacerlo a pie cuentan con una red de túneles en la ciudad, que amortiguan los complicados tramos a la intemperie.
Centrales térmicas para calentar las casas
Los hogares de las zonas rurales están construidos con troncos de madera y se calientan con estufas de leña y carbón. En la ciudad, los edificios se calientan con el calor que les llega de las centrales térmicas distribuidas en cada barrio.
La temperatura normal de las casas, construidas sobre pilotes de hormigón, es de 20 grados. Por cierto, las tuberías están en plena calle porque debajo de la tierra reventarían por congelación.
Cuenta con la friolera de 17 museos
El ballet, el teatro y la literatura están entre las actividades más populares de la programación cultural de la ciudad. Además de las instituciones oficiales, la metrópoli cuenta con varios centros públicos y privados para la formación en estas disciplinas.
Es, además, una urbe ideal para los amantes de los museos, porque cuenta con nada más y nada menos que 17, entre ellos el Museo Nacional de Arte de Saja, el Museo Yaroslavsky de Historia o la Galería de Arte de Europa Occidental, una excusa perfecta para empaparse de su cultura sin pasar frío.
Centro Mundial del Mamut
Uno de los reclamos turísticos del futuro tiene que ver con la ciencia. Yakutsk albergará el Centro Mundial del Mamut, donde se llevará a cabo la clonación de este espécimen extinto en la última glaciación. Científicos coreanos trabajan con un grupo de investigadores de la Universidad Federal del Noreste, donde se encuentra el mayor número de huesos de mamut del mundo. Por ese motivo, un museo y un monumento están dedicados a este mamífero.
Afectada por el cambio climático
Esta semana, la temperatura en la localidad ha superado los 44 grados bajo cero, pero es habitual que el mercurio alcance los 60 grados de gélido frío. El récord se produjo en 1926, cuando el termómetro se colocó a -71,2.
Sin embargo, este glacial paisaje también se está viendo afectado por el cambio climático. En enero de 2012 saltaron las alarmas porque la ciudad alcanzó su máxima histórica, diez grados bajo cero, convirtiéndose en el invierno más cálido de la historia de Yakutsk.