Una veintena de empresas estatales y multinacionales contribuyen al calentamiento global con el 35% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono y metano. Su uso de combustibles fósiles a través de la explotación de las reservas mundiales de petróleo, gas y carbón estaría directamente relacionado con más de un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero en la era moderna, según informa 'The Guardian'.
Un análisis coordinado por Richard Heede, del 'Climate Accountability Institute', revela cómo estas firmas están impulsando la emergencia climática que amenaza el futuro de la humanidad, y detalla cómo han seguido expandiendo sus operaciones a pesar de ser conscientes del impacto devastador en el planeta.
Las 20 principales compañías de la lista han contribuido al 35% de todo el dióxido de carbono y metano relacionados con la energía en todo el mundo, totalizando 480 mil millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono (GtCO 2 e) desde 1965.
Del total de las 20 empresas que figuran en la lista, 12 son de propiedad estatal y responsables del 20% de las emisiones. Chevron encabezó la lista de las ocho corporaciones propiedad de inversionistas, seguido de cerca por Exxon, BP y Shell. Juntos, estos cuatro negocios globales están detrás de más del 10% de las emisiones de carbono del mundo desde 1965. Estas compañías ya fueron señaladas el pasado septiembre por entorpecer los objetivos climáticos que marca el Acuerdo de París. La empresa señalada como la más contaminante es propiedad de Arabia Saudí: Saudi Aramco. Solo esta compañía ha producido el 4,38% del total de emisiones mundiales.
Michael Mann, uno de los principales científicos del clima del mundo, ha afirmado que los hallazgos arrojan luz sobre el papel de las compañías de combustibles fósiles y ha pedido a los políticos que tomen medidas urgentes para controlar sus actividades en las próximas conversaciones sobre el clima en Chile en diciembre. “La gran tragedia de la crisis climática es que siete mil quinientos millones de personas deben pagar el precio, en forma de un planeta degradado, para que un par de docenas de intereses contaminantes puedan continuar obteniendo ganancias récord. Es un gran fracaso moral de nuestro sistema político que hayamos permitido que esto suceda".
El análisis apunta que el 90% de las emisiones atribuidas a las 20 empresas más contaminantes provienen del uso de sus productos, como gasolina, combustible para aviones, gas natural y carbón térmico. Una décima parte proviene de la extracción, refinación y entrega de dichos combustible.
Consultadas las 20 compañías mencionadas en la lista por 'The Guardian', solo ocho respondieron. Algunas argumentaron que no eran directamente responsables de cómo los consumidores usaban el petróleo, el gas o el carbón que extraían. La mayoría dijo explícitamente que aceptaban la ciencia del clima y algunos afirmaron apoyar los objetivos establecidos en el acuerdo de París para reducir las emisiones y mantener el aumento de la temperatura global a 1.5C por encima de los niveles preindustriales. Todas subrayaron los esfuerzos que estaban haciendo para invertir en fuentes de energía renovables o bajas en carbono.
Según otra investigación publicada en 2017 por Peter Frumhoff en la 'Union of Concerned Scientists', las emisiones de CO2 y metano de los 90 mayores productores de carbón industrial fueron responsables de casi la mitad del aumento de la temperatura global y cerca de un tercio del aumento del nivel del mar entre 1880 y 2010. “Estas compañías y sus productos son sustancialmente responsables de la emergencia climática, han retrasado colectivamente la acción nacional y global durante décadas y ya no pueden esconderse detrás de la cortina de humo de que los consumidores son las partes responsables”, dice Richard Heede.
Heede asegura que dichas compañías eran conscientes de la amenaza del cambio climático derivado del uso de sus productos desde “finales de los años 50” pero que prefirieron “ignorarla deliberadamente”.
El objetivo de la investigación es empujar a las empresas más responsables de las emisiones de carbono a rendir cuentas y hacer que foco del debate público y político deje de estar centrado en la responsabilidad individual.