Pese a que estos últimos días las temperaturas quieren empezar a subir, el temporal de nieve todavía está presente en algunas comunidades, haciéndose notar. Esto le pasó ayer a Lluis, un conductor de autobuses que se vio inmerso en un reto mayúsculo a causa de este fenómeno, ¿qué tuvo que hacer?
Volviendo de La Molina con un grupo entero de niños que habían estado esquiando, se dirigían hacia el hotel en Castellar de Nuch. La sorpresa llegó cuando el conductor tuvo que avanzar su autobús entre dos impresionantes muros de nieve.
La dificultad era máxima porque el hueco abierto por los operarios quitanieves era prácticamente exacto a las medidas del bus, casi cuatro metros de alto y 2,60 de ancho, tres metros si incluimos los retrovisores.
Pero con una velocidad uniforme y sin un solo rasguño, Lluis culminaba su proeza bajo las risas nerviosas de quienes lo presenciaban y la atenta y divertida mirada de los niños que viajaban en el interior.