Un ligero desplazamiento del anticiclón es suficiente para que cambie el panorama meteorológico del país. Es lo que ha pasado en los últimos días, lo que ha dado lugar a un escenario propicio para la sucesión de frentes y bajas presiones hacia nuestro país. En los últimos días (y también durante la semana que viene) se espera que un reguero de borrascas pulule desde el Atlántico hacia el oeste de Europa, cuyos frentes –o las propias formaciones borrascosas– afecten directamente a nuestro país. Esto es una buena noticia teniendo en cuenta que llevamos varios meses de sequía extrema y un invierno con récords de ausencia de lluvias.
En concreto, se espera que durante los próximos días nos visiten una serie de borrascas, una detrás de otra. Las predicciones de la Aemet ya han avisado de que la semana que viene será bastante más húmeda de lo normal en prácticamente todo el país menos la vertiente mediterránea, valle del Ebro y extremo norte, donde las precipitaciones que caigan serán las normales para la época del año. El punto donde caerá mucha más agua de lo normal será el extremo noroeste.
El índice NAO coincide con estas predicciones, que apunta a que a partir de ahora va a tender hacia el lado negativo. Esto significa que, en caso de que la tendencia se confirme, los frentes y las borrascas se verán impulsados por este hacia el sur, llegando sobre todo a España y otros países del Mediterráneo.
A pesar de todo, parece que no está del todo claro que las lluvias vayan a quedarse hasta Semana Santa. Según la última predicción semanal publicada por la Aemet, en general la semana del 15 al 21 de abril será más seca de lo normal en todo el país excepto en el norte, y más cálida en todo el país sin excepción.
Eso significaría que, quizás, el reguero de lluvias pueda cerrarse justo con el arranque de la festividad, lo cual es una buena noticia para todas esas personas aficionadas a las procesiones y a los planes al aire libre. Sí: quizá el tiempo nos dé un respiro en vacaciones.