¿Es posible una gran tormenta solar? Prepárate para las consecuencias
Marcos Fernández*
23/05/201612:01 h.En caso de tormenta solar, volveríamos a un mundo que no conocemos lejos de la comunicación inmediata y cercana. No podríamos enviar ni recibir emails, ni realizar llamadas de teléfono ni tampoco hacer uso de Internet, se colapsarían los sistemas informáticos y fallarían igualmente los sistemas de calefacción o aire acondicionado, así como el resto de aparatos eléctricos y electrodomésticos.
Consuelo Cid, del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad de Alcalá de Henares asegura que “no hay que tener mucha imaginación para pensar”, por ejemplo, “que ocurriría si durante unas horas los teléfonos móviles dejaran de funcionar, los sistemas de posicionamiento del estilo de los GPS dieran localizaciones erróneas o los cajeros de los bancos no tuvieran comunicación para extraer fondos”.
Asistiríamos a un caos tal y como se concibe hoy el mundo, ya que una tormenta electromagnética en la superficie terrestre produciría “cambios importantes en el campo magnético”. Asimismo, no debemos perder de vista que “los avances tecnológicos que pretenden desarrollar sensores cada vez más sensibles se hacen, al mismo tiempo, más vulnerables a este tipo de fenómenos”.
Por tanto, se da la paradoja de que cuanto más preparada está la sociedad para avanzar hacia el futuro más vulnerable es, porque dependemos de una tecnología que puede colapsar con una gran tormenta solar. Este escenario en el siglo XIX no hubiera sido posible.
La previsión
Aquí los satélites son los auténticos protagonistas, como en la previsión de la situación meteorológica terrestre donde han permitido a los meteorólogos aproximarse como nunca antes a la realidad del futuro más inmediato.
En el caso de la Meteorología Espacial, los investigadores, como Consuelo Cid, consideran “imprescindible el estudio del espacio interplanetario para proporcionar unas predicciones correctas”, que nos permitan estar preparados para los periodos de mayor actividad solar en la Tierra.
En medio de esa inmensidad del espacio, entre el Sol y la Tierra, los satélites miden el plasma del viento solar y el campo magnético interplanetario. En caso de que se produzca “una eyección de masa coronal o la erupción de un filamento” solo sabremos si llegará al planeta cuando la observemos a través de los satélites y las mediciones que realicen.
Pero, además de las tecnologías terrestres, también observamos fenómenos como nubes magnéticas en el espacio o regiones de interacción, que nos revelan cambios en la actividad solar.
En este sentido, el SeNMes juega un papel crucial para el estudio de la actividad solar y sus consecuencias en la Tierra. El Servicio Español de Meteorología Espacial, en el que se integra Consuelo Cid, trabaja en esta línea. De hecho, la Universidad de Alcalá de Henares tiene como objetivo “predecir con la mayor fiabilidad posible los efectos relacionados con importantes perturbaciones magnéticas” que se extraen de los citados datos interplanetarios o de las imágenes solares que tan a menudo vemos en los medios de comunicación, por ejemplo, desde las manchas solares hasta las grandes erupciones.
Hasta ahora, una de las últimas grandes aportaciones españolas a la Meteorología Espacial sale del grupo al que pertenece Consuelo Cid, que ha diseñado un índice nuevo para medir la perturbación geomagnética en España, el LDiñ, “único a nivel mundial”. Desde su página web se ofrece toda esta información para estar siempre alerta de lo que ocurre en el Sol.
Y nos ceñimos solamente a nuestro sol porque por muy intensa o violenta que sea la actividad de otras estrellas (incluso aunque pueda medirse su energía) están tan lejos de nosotros que, por fortuna, no nos afecta lo que suceda en su superficie.
Los astronautas, sin embargo, son expertos en este campo ya que están preparados para salir ahí fuera y exponerse más que ningún otro ser vivo a “flujos elevados de partículas de alta energía o fenómenos como las descargas electrostáticas”. En otras palabras, este reducido grupo de personas se juegan la vida ahí arriba para que aquí abajo todo siga fluyendo hasta la próxima gran tormenta solar para cuya previsión y medición de efectos trabajan investigadores como Consuelo Cid.
------------------------------
*Marcos Fernández (@marcosfdezfdez) es periodista especializado en Meteorología.