Casi al mismo tiempo que el huracán Isaías golpeaba el este de Estados Unidos, el tifón Hagupit arrasaba en China. Se trata del cuarto que se forma este año, y esta vez lamentan sus efectos devastadores en Zhejiang, donde 380.000 personas han sido desalojadas. A esta hora se dirige a Corea del Norte, aunque se va debilitando por el camino.
Las inundaciones han sido la principal consecuencia a causa de las fortísimas lluvias y las rachas de viento de 135 km/hora. Tocó tierra el martes por la tarde en Yueqing, en la provincia oriental de Zhejiang, y fue avanzando hacia Shanghai, donde las precipitaciones han sido extraordinarias. Han afectado a cientos de vuelos y trenes especialmente en los distritos de Jinshan, Fengxian y Songjiang, a causa de las acumulaciones de unos 120 litros/m2 en pocas horas.
Las principales evacuaciones han tenido lugar en los distritos de Wenzhou, donde han sido desplazadas 200.000 personas, y Taizhou, donde han tenido que abandonar sus viviendas otras 118.000, recoge Europa Press, pero no solo ha afectado en tierra. Además medio millón de viviendas se han quedado sin electricidad.
Por suerte no ha afectado a los 12.000 pesqueros que trabajan cerca de la costa oriental de China, lo cual agradecen a los indicadores de posición BeiDou que se estrenaron en 2019. Los dispositivos han monitoread durante el tifón la ubicación exacta de cada barco y han podido garantizar la seguridad de los pescadores. La alarma se avisó con el suficiente tiempo y, para cuando el tifón tocó tierra, los botes estaban ya atracados en el puerto del poblado de Sansha, ha informado la agencia de noticias Xinhua.
A lo largo del miércoles ha ido disminuyendo de categoría, siendo ahora una depresión tropical, y se cree que llegará a Corea del Norte próximamente.