El tiempo lo pone cada vez más difícil. Si antes otoño era sinónimo de setas en prácticamente toda España, ahora la cosecha otoñal es imprevisible.
A pesar de las precipitaciones, no se sabe con seguridad si tendremos una buena temporada de setas porque este año en muchas zonas la temporada ha empezado tarde, además si no sigue lloviendo la cosa no pinta demasiado bien y en cuanto entre el frío, se acabaron las setas.
Los expertos coinciden en que las condiciones idóneas para que haya setas son las siguientes: humedad del suelo debido a las lluvias y temperaturas moderadas de día que no bajen de cinco grados por las noches. De lo que llueva en estas semanas va a depender en gran medida la recolección.
La recomendación general es buscar níscalos, boletus, llanegas negras y blancas en las montañas de Teruel, Cuenca, Guadalajara, Soria, Burgos, Albacete y Alicante, por encima de los 1.500 metros. Las previsiones por comunidades son las siguientes:
- En Aragón las tormentas veraniegas han favorecido la aparición de los primeros níscalos, concretamente en la comarca del Maestrazgo, y se prevé que se puedan cosechar hasta noviembre en la provincia de Teruel. No obstante, la temporada de boletus ha terminado antes de empezar y para la seta de cardo se necesitan más días de lluvia.
- Si el calor y el viento no lo impiden, las lluvias de finales de septiembre también van a permitir buenas cosechas en los montes y campos de Castilla y León (aunque difícilmente mejor que la del pasado año), así como en Castilla la Mancha, la Comunidad Valenciana y Murcia, que además de contar con una especial orografía, han sufrido intensas lluvias.
- En la Comunidad de Madrid las precipitaciones de principios de octubre han dejado una buena cosecha de boletus, ya agotada, pero si persisten las lluvias cabe esperar que broten los níscalos de manera espectacular.
- Galicia tuvo una cosecha temprana de setas propias de otoño ya en verano. El calor y la sequía de principios de otoño anunciaban una mala cosecha, no obstante, las abundantes precipitaciones de los primeros días de octubre en el tercio este de la península han devuelto la esperanza a los aficionados a las setas.
- En Cataluña la temporada se ha retrasado debido al intenso calor, pero la llegada de las lluvias prevén una producción similar a la de los últimos años, aunque inferior a la de 2018 que fue la segunda más productiva desde que se tienen registros.
- En Álava y en el País Vasco en general, teniendo en cuenta que es de las pocas comunidades que se salva de la sequía, en los bosques de pinos y hayas ya se pueden recoger boletus y las previsiones son optimistas.
- Desde mediados de agosto, los níscalos han hecho su aparición en Asturias y ya entrado el otoño hay una buena cosecha de boletus.
Donde el intenso calor otoñal y la escasez de lluvias va a impedir tanto la variedad de especies como la cantidad a recolectar, que no pasará de aceptable, será en comunidades como Andalucía, Extremadura o Baleares. No obstante, en climas cálidos y costeros, si llueve durante el otoño aún hay esperanza con el rebozuelo que puede incluso ser cosechado hasta bien entrado el invierno