El verano de este año es el más cálido jamás registrado en Svalbard, un archipiélago perteneciente a Noruega situado en el océano Glacial Ártico. Como resultado, regiones que siempre se han asentado sobre una base sólida de hielo, sobre el permafrost, están sufriendo deslizamientos de tierra y están viendo cómo se abren socavones como los registrados en Siberia por el mismo motivo. Los llaman ‘la puerta al infierno’.
La temperatura en Svalbard de los últimos 30 años poco tiene que ver con la temperatura de los 90 anteriores, cuenta el investigador Ketil Isaksen, del Instituto Meteorológico Noruego. Las mediciones empezaron en 1899, asegura. Hasta 1990, la temperatura media en el verano meteorológico (junio, julio y agosto) oscilaba generalmente entre 0,5 y 1 grado. A partir de entonces la cosa cambió notablemente y, “después de 1997”, informa, “no hemos registrado veranos con temperaturas medias por debajo de lo normal”.
De hecho los 21,7ºC que hizo el 25 de julio de 2020 en Longyearbyen, Svalbard, es la temperatura más alta registrada nunca en todo el archipiélago, que como mucho está acostumbrado a llegar a los 17ºC en verano. Originalmente una ciudad minera, Longyearbyen hoy se sustenta principalmente del turismo y la investigación, y es una de las metrópolis más al norte del mundo, y la más septentrional que tenga aeropuerto con vuelos regulares. En general, las regiones árticas se están adaptando a modos de vida muy diferentes a los tradicionales por el aumento de las temperaturas.
Para quienes viven o han viajado regularmente durante décadas a Svalbard el contraste con años anteriores es evidente de un vistazo.
La extensión media del hielo marino de julio de 2020 es la más baja registrada en el Ártico para este mes en los más de 40 años de registro satelital, con un valor promedio de 8,1 millones de kilómetros cuadrados. Es decir, julio de 2020 ha robado el récord de julio de 2012, informa Cryo, de Instituto Meteorológico Noruego, que monitorea la extensión de hielo.
Pero no solo a la cubierta de hielo marino le cuesta sobrevivir con el calor canicular. La temperatura del suelo se aleja cada vez menos de los 0ºC, y eso está haciendo que el permafrost se resienta, lo cual unido a las lluvias provoca deslizamientos de tierra y abre surcos enormes en la tierra, las ‘puertas del infierno’.
En Svalbard se sabe por el momento de dos, en los valles de Gjelhallet y Sassendalen, en Spitsbergen, unos a 3 kilómetros de distancia del otro. Estos agujeros en la tierra liberan a la atmósfera gases de efecto invernadero que el permafrost ha retenido durante siglos, por lo tanto el derretimiento del hielo de la superficie, que forma parte de la criosfera de la Tierra, es un riesgo a nivel global.