La causa es que la laguna está seca: queda la costra de la sal en la tierra, pero sin agua las aves siguen ruta hacia el sur. La esperanza es que el tiempo de migración acaba de empezar. El mismo deseo perentorio manifiestan en las poblaciones cercanas a este embalse de Contreras, entre Cuenca y Valencia.
A la desgracia de la sequía se suman dos agujeros por los que se pierden miles de litros, no se sabe hacia qué sima. Su sellado es costoso pero parece inevitable para que no empeore, aún más, lo que ya es dramático.
España ya se ha convertido en el país más árido de Europa. De todo nuestro territorio, un 75% tiene todas las papeletas para acabar sufriendo desertificación. Además, los embalses españoles están a un 37% de su capacidad. ¡Y la cantidad de agua baja cada día!