Los principales desastres naturales en nuestro país están asociados a las precipitaciones. En primer lugar, las inundaciones, que suponen la principal causa de muertes e indemnizaciones para el Consorcio de Compensación de Seguros. Hace tres años, los desbordamientos tuvieron una incidencia 50% superior al año anterior y los más virulentos tuvieron lugar entre los meses de noviembre y diciembre en las provincias de Cádiz, Málaga, Murcia, Alicante y Valencia. De las 1.268 personas fallecidas por fenómenos naturales desde 1995, un 26% fueron debido a las inundaciones: 339.
Principio de Arquímedes: empuje hidrostático
En algunos de estos casos, las personas afectadas se vieron sorprendidas por desbordamientos cuando se encontraban dentro de sus automóviles. Cada 30 centímetros de profundidad, la fuerza de la corriente se incrementa 225 kilos y si esa agua empieza a emerger desde los bajos hace que el peso del coche se reduzca en casi 700 kilos. Aquí es donde entra el Principio de Arquímedes, por el que todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba equivalente al peso del fluido que desaloja. Fuerza denominada "empuje hidrostático" que hace, por ejemplo, los barcos floten. Es decir, según la Dirección General de Tráfico, con una corriente no muy fuerte, entre 10 y 20 km/h, y 60 centímetros de profundidad, la mayoría de los coches se verían arrastrados, incluidos los de grandes dimensiones.
Consulta el tiempo y evitar carreteras locales
Todos los especialistas de la DGT, la Dirección General de Protección Civil y Emergencias y los cuerpos de bomberos coinciden en consultar las previsiones meteorológicas y en caso de fuertes lluvias evitar conducir. En caso de tener que hacerlo, transitar por vías principales y evitar las locales y los caminos, donde es habitual que una fuerte tormenta avive la corriente de algún riachuelo seco.
No atravesar tramos inundados
Asimismo, la expertos aconsejan que si el aguacero le sorprende conduciendo en la carretera, no atraviese con su vehículo los tramos que estén inundados. En caso de que nos quedemos detenidos en medio del cauce, la recomendación es abandonar el coche cuanto antes y hacerlo por el lado opuesto a la corriente.
Igualar presiones
Con 60 centímetros de altura del agua puede que la puerta no pueda abrirse debido a la presión, por lo que los bomberos aconsejan en esta circunstancia que esperemos dentro hasta que se iguale la presión que permita abrir el portón.
"Pensar con calma porque es una situación altamente estresante, el afectado tiene que pensar lo que tiene que hacer. Lo primero que tendrá que hacer es quitarse el cinturón de seguridad", señala Pedro Ruano, suboficial de la Unidad de Buceo del Parque Quinto perteneciente a la Jefatura del Cuerpo de Bomberos de Madrid. A continuación, el especialista nos aconseja esperar a que entre agua en el vehículo, para igualar presiones y poder abrir la puerta.
Romper ventanillas laterales
"Romper el cristal, dar al pulsador o a la manivela porque la batería sigue funcionando, para que entre poco a poco. Cuando le falte unos 15 centímetros para llegar al techo hay que coger aire, esperar a que siga entrando agua hasta que llegue a la nariz, y en ese momento ya podemos abrir la puerta para salir al exterior", indica.
"Una persona que no esté adiestrada vería comprometida su vida. Es difícil hacerlo, pero esas son las pautas. Mantener la calma y si hay más personas en el interior, pensar por dónde van a salir. Hay que tener en cuenta que el agua está fría y la visibilidad se reduce bastante", añade.
Pedir ayuda desde el techo
"Es conveniente romper y abrir la puerta contraria al sentido de la corriente porque el coche hace de parapeto. Hay que subir al techo del coche y quedar a la espera para que lleguen los servicios de urgencia. Mientras la persona se encuentre en la zona alta, va a estar segura. Si la persona no sabe nadar, no debe en ningún caso nadar porque se puede encontrar con un montón de obstáculos y remolinos, que también son un peligro", advierte.
Huida a nado desaconsejable
Solo las personas que sean buenos nadadores o deportistas pueden afrontar la huida a nado, aunque los expertos tampoco lo aconsejan en estos casos, hay que hacerlo a favor de la corriente y siendo conscientes de que en la travesía pueden toparse con circunstacias adversas, como la fuerza del agua, ramas, árboles... Ruano advierte, sobre todo, a personas mayores, niños y embarazadas no abandonar la zona alta del automovil.