Cada vez que la Aemet realiza una predicción estacional, lo hace con tres escenarios probables distintos: si hablamos de temperaturas, diferencia entre cálido, normal y húmedo; si es de precipitaciones, separa seco, normal y húmedo. A cada uno de ellos le da un porcentaje de probabilidad de que ocurra. Al dato se le llama percentil.
En cuanto a las temperaturas, se prevé que el trimestre, 'marzo-abril-mayo' sea en todo el país, Canarias y Baleares, más cálido de lo normal, con un 45% de probabilidad. Le sigue una probabilidad de 35% de que sea una primavera normal y un 20% de probabilidad de que sea fría, es decir, el escenario menos probable.
La excepción la encontraremos en el cuadrante noroeste peninsular, donde ningún escenario tiene más peso que el otro, es decir, que es igual de probable que sea una primavera cálida, que normal que fría (33% cada percentil).
Si hablamos de lluvias, hay distintos escenarios para diferentes regiones: en el sureste peninsular y Baleares hay una probabilidad del 40% –la mayor– de que la primavera meteorológica sea seca. Le sigue la probabilidad de un 35% (casi la misma) de que tengamos una primavera normal, y finalmente un 25% de que sea húmeda.
En cuanto al resto de la Península, el escenario que 'gana' es el de una primavera normal respecto a las otras dos. Luego, existe la misma probabilidad de que haya un escenario de primavera seca como de lluviosa.
En Canarias no existe un escenario que prevalezca: existe la misma probabilidad de que sea una primavera lluviosa, normal o seca.
Que no se esperen lluvias importantes, o que incluso hablemos de una primavera seca, preocupa teniendo en cuenta que venimos del segundo invierno más seco del siglo XXI y el más seco desde 1995, según la Aemet. Además, actualmente las reservas de nieve se encuentran a la mitad de lo que debería para esta época del año. Estas suelen ayudar durante el deshielo, a que las reservas de agua se mantengan.
La Aemet también se ha tirado a la piscina arrojando los primeros datos sobre lo que se espera del trimestre 'abril-mayo-junio', y reconoce que, con las predicciones actuales sobre la mesa, "se espera un escenario de temperaturas con mayor probabilidad de valores superiores a normales y precipitaciones con inferiores a normales". Habrá que ver en qué se queda la cosa, pero de momento todo apunta a que la primavera no le va a llevar de momento la contraria al invierno.